sábado, 15 de agosto de 2015

Los alemanes en Europa

<<¿Quién ha nombrado a los alemanes a ser jueces de los pueblos?  ¿Quién ha dado autorización a que esta gente brusca y atrevida impongan un príncipe de acuerdo a su gusto encima de otros hombres?>>[1]
.......... ...... pregunta Juan de Salisbury  durante el sínodo de Pavia en el año 1159.

Tan temprano en la historia del continente europeo encontramos una voz que podría ser actual: Alemanes fastidiando a los demás.
El problema es conocido:
-¿Que lo arreglen los alemanes- dicen unos.
-¡Otra vez ellos, metidos en lo que no les importa!- opinan otros.
En el caso de entonces, Friedrich I , rey teutónico y emperador romano, intervino para decidir sobre la elección del papa.
Lo que había comenzado siendo <regnum Francorum> acabó siendo <regnum Teutonicorum> y al mismo tiempo <Romanorum imperator augustus>.  Posteriormente se estableció este título: <Heiliges Römisches Reich Deutscher Nation>, fusión de doble título  en uno solo: <Sacro Imperio Romano de Nación Teutónica>.


Está claro, todavía eso no constituyó la Alemania moderna, actual , pero ya se vislumbraba  la problemática que tiene esa nación con sus vecinos europeos desde que existe; exactamente mil años duró el <Sacro Imperio Romano> de los alemanes, que al mismo tiempo era  <regnum Teutonicorum>, el reino de los alemanes, y nunca pudo coordinar ambas funciones, una contraria de la otra:
-una quiso mantener  viva la herencia de Roma, compartida con la iglesia romana y su papa y en eterna rivalidad y confrontación. Significó mantener  el imperio, das Reich, encabezado por el emperador, der Kaiser,  encima de los demás  reyes de Europa, una ficción vivida - nunca realidad. A los reinos de Castilla, Francia e Inglaterra nada les importaba este imperio en el centro de Europa que no era más que un nombre y  su estado una aparente debilidad.
-la otra necesitaba gobernar hacia el interior sobre los distintos feudos locales, coordinar sus voluntades diversas, domesticar los conflictos internos  bajo un signo común: das Reich der Deutschen[2] - el imperio de los alemanes.

Durante los siglos de la Edad Media, este Reich de los alemanes, el territorio habitado por ellos, donde se hablaba la lengua alemana, se extendió hacia el este - practicamente duplicando su estado original-  
y nació lo que es su característica multiétnica y cultural hasta hoy;
se puede hablar de cuatro"Alemanias":
la romanizada del oeste (Tréveris, Colonia), la céltica del sur (Múnich),
la germánica del centro y norte (Hanover, Bremen), la eslávica del este
(Leipzig, Dresden) y la fusión de todas en un crisol: Berlín.
Hay que acabar con el prejuicio creado por la ideología nazi que los alemanes son unos germanos o los descendientes directos de ellos.
Solamente una porción relativaamente pequeña puede presumir de eso. Todos hablan alemán, en sus variantes dialectales naturalmente, pero eso es lo único cierto, hay múltiples orígenes étnicos. Y en estas circunstancias nada raro sería una Alemania turca, y esta  que se está anunciando ya.
La nación alemana es una compleja fusión de  etnias durante un largo proceso histórico; para un país sin fronteras naturales no pudo ser de otra manera, con un carácter fundamental: se escapó temprano de la romanización completa, creando una fuerte indidualidad con lengua y cultura propias, parcialmente latinizadas.
Friedrich Nietzsche opinaba que la fusión de tan distintos elementos había creado en Alemania un distanciamiento entre el poder político y social por un lado y la cultura por el otro, sembrando genialidad y estulticia al mismo tiempo sobre el país. En cada rincón un filósofo, en toda fiesta un músico destacado, y el vecino estúpido que te molesta con su cursilería e intolerancia.
Es una exageración, pero se aproxima a la realidad. Pero también en cada rincón un maestro y un policía para educar y corregir a los otros.
Es un país de educadores natos con abundantes mentecatos.
El siglo XX, comunmente llamado el siglo de Alemania, desató una ola de imperialismos de diferentes ideologías,  hasta el extremo de la lógica perversa nazi que el destino alemán  fuese, crear un imperio racista. Nada de eso era previsible, una violenta explosión arrasó a los vecinos, pero acabó en un "suicidio" colectivo. Alemania dejó de existir temporalmente,  para nuevamente nacer  y reinventarse.
Curioso hecho:
Una vez más, Alemania logró superar una catástrofe histórica, liberándose de fantasmas del pasado. Pero no se ha podido liberar de  su situación geográfica, su ubicación entre muchos otros, su distinción y su doble vocación, la nacional y la europea.
Y como  pasó hace mil años:
Unos desean que Alemania intervenga a solucionar lo que otros temen y rechazan. Un liderazgo que automáticamente le llega sin necesidad de buscarlo. Y no es de extrañar que una persona como la canciller alemana obtenga esa doble función, igual que sus lejanos antecesores imperiales, "ser imperial" hacia Europa, y "reina" directa sobre el país.
La masa popular así lo entiende y vota en su favor.
Tomamos nota: Alemania no escapa de su destino histórico, está por si  sola, pero al mismo tiempo le cubre  aquella sombra de un imperio romano lejano que le obliga a pensar de modo paneuropeo, y si es preciso:  liderar a los demás.
Ya escucho una voz:
-¡Bienvenida sea!
Y otra:
-¡ Basta ya!
Siempre ha sido así,
piensa

friedrichmanfredpeter   agosto 2015 





[1] cit. Rudolf Buchner, Deutsche Geschichte im europäischen Rahmen,  Darmstadt,1975, p. 81.
[2] das Reich, palabra prestada del idioma celta, substrata de la alemana posterior.

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