jueves, 20 de noviembre de 2014

Heinrich Heine -- Die Gedanken bleiben frei -- pensar es libre

>Die Gedanken bleiben frei und schweben frei wie Vögel in den Lüften.  Wie Vögel nisten sie in den Wipfeln deutscher Eichen, und vielleicht ein halb  Jahrhundert lang sieht man und hört man nichts von ihnen, bis sie eines schönen Sommermorgens auf dem öffentlichen Markt zum Vorschein kommen, grossgewachsen gleich dem Adler des obersten Gottes, und mit Blitzen in den Krallen.
Was ist denn ein halb oder ein ganzes Jahrhundert? Die Völker haben Zeit, nur die Könige sind sterblich.
Ich glaube nicht so bald an eine deutsche Revolution und noch viel weniger an eine deutsche Republik; letzere erlebe ich auf keinen Fall; aber ich bin überzeugt, wenn wir längst ruhig in unseren Gräbern vermodert sind, kämpft man in Deutschland mit Wort und Schwert für die Republik. Denn die Republik ist eine Idee, und noch nie haben die Deutschen eine Idee aufgegeben.<


Pensar es libre y las ideas vuelan como pájaros en el aire. Como los pájaros anidan en los copos de los robles alemanes, y tal vez durante medio siglo no se ven ni se escuchan, hasta        que un hermoso día de verano se presentan en la plaza pública, crecidas y altas igual al águila del dios supremo llevando rayos en las garras.
¿Qué importa medio siglo o un siglo entero? Los pueblos tienen tiempo, sólo los reyes son mortales.
Yo no creo en una revolución en Alemania y menos aun en una república; esa no la viviré; pero estoy convencido que en Alemania se luchará por ella a través de la palabra y de la espada, cuando ya estaremos consumidos en nuestras tumbas. Porque la república es una idea, y jamás los alemanes han abandonado una idea.
                                                   Paris, 18 de octubre de 1832

Son palabras de Heine que hablan por si solas e impresionan  tantos años después de redactadas. Es una visión tocada por la poesía. Su estilo usa el color verbal metafórico; y este pasaje extraido del  ensayo: "Französische Zustände" nos acerca a este escritor excepcional, a su manera de ver el presente y el futuro.
Los corresponsales  en nuestra era digital se limitan a presentarnos asuntos "calientes", sus informes están cargados de actualidad, frecuentemente sobrecargados, agobiantes. Su labor es veloz, galopante; el tiempo corre; no hay espacio para la reflexión; hay temor por perder la próxima noticia; los rivales están al acecho; time is money.
La labor del escritor Heine actúa como un filtro, selecciona lo que es importante y duradero y descarta  lo insignificante.
El escritor exilado ve lo que en un futuro lejano podría ser realidad en el país que dejó sin abandonarlo. El exilio le ha abierto los ojos para ver lo que sus compatriotas ignoran.
Su pensamiento es libre y vuela hacia un futuro lejano; el vuelo es igual a un pájaro y lo que observa le deja contento:
La república alemana, por fin su hora llegó.

–Al final he tenido razón, diría Heine;
–mis sueños se han hecho realidad; nuestra vocación idealista, herencia cultural desde el profundo pasado, se impuso; hemos vencido, aunque estemos cubiertos de tierra.

¿Trágico error de poeta con un alma de  exaltado?  - o
¿Visión certera de un difamado y perseguido en su tierra natal?

Pues, ambas cosas, pienso yo.
Nadie podía prever lo que sucedería hasta que aquel sueño fuese realidad.
La historia de Alemania, esta suma de "Irrungen und Wirrungen", de errores, confusiones, agresiones, de crímenes y castigo y de sufrimientos era imprevisible; hasta que  por fin la soñada república de los alemanes se estableciera en el lugar que le correspondía, donde  política coincide con geografía, destino histórico y voluntad democrática; además con el beneplácito de los vecinos; quiere decir: la república alemana fue recibida por unos de buena gana y por otros de mala; cosa normal.

Historiadores modernos opinan que el destino de Alemania gira alrededor de una sola cuestión:
¿Cuál es su lugar en medio de los demás?
¿Cómo debe ser y comportarse para ser aceptada?
¿Demasiado grande o demasiado frágil?
¿Siempre ha de ser un reto para otros?

Las palabras de Heine insinúan una respuesta:
"¡Intercambien armas y banderas!"
Así se ha hecho en tiempos de Homero para confirmar pactos;
¿Por qué tardan los europeos?
Pero lo harán - no hay alternativa.

friedrichmanfredpeter  noviembre14

No hay comentarios:

Publicar un comentario