domingo, 27 de mayo de 2012

Das Geheime Deutschland - La Secreta Alemania

                            


„Das Deutschland welches wir lieben und zu sehen begehren, hat nie existiert, und wird vielleicht nie existieren. Das Ideal ist eben etwas, das zugleich ist und nicht ist [...]. Die Menschen gedeihen nur an der geheimnisvollen Wärme eines nie gesehenen Sternes.” (Lagarde – George – Kantorowicz )
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“La Alemania que queremos y que deseamos ver, nunca existió, y tal vez nunca existirá; porque el ideal es algo que existe y no existe al mismo tiempo …. Los hombres sólo prosperan ante el calor misterioso de una estrella nunca vista.”
En estas pocas palabras se resumen ideas y vivencia de las generaciones de intelectuales alemanes nacidos entre 1890 y 1945. Son estos los años dramáticos y trágicos de nuestro país, marcados por guerras y crímenes nunca vistos y jamás esperados.
El espíritu manifestado en estas frases nació cien años antes, durante la época marcada por el romanticismo en artes, literatura y  pensamiento teórico[1]. Alemania no había surgido de las cenizas tal como desearon los combatientes contra Napoleón. Después de intentos de revolución, la obra de Bismarck solamente fue un logro dinástico, y se le consideró inconvincente e insuficiente, un descenso.
Por eso aquel ideal siguió vivo en los sueños de poetas y pensadores. Y de este sueño no se escapó nadie que fuera educado en un Gymnasium alemán y quien fue alimentado con imágenes y tópicos de este idealismo vigente. Yo tampoco.
Una fecha marcada es Octubre de 1913: delegados jóvenes de todas las regiones alemanas se reunieron sobre la montaña del Hohen Meissner y fundaron la organización para portar la antorcha del ideal: Der Wandervogel = El Pájaro Migratorio.
Todas las organizaciones de juventud alemanas posteriores son sucesoras del Wandervogel, mágico emblema de la rebelión. El lejano ideal fue descrito muy vagamente: “Pureza, Verdad, Amor”. En la realidad eso significó, dejar atrás la sociedad constituida sobre estamentos dinásticos, progreso industrial y bienestar de una  dócil burguesía corrupta. Esa voz de protesta juvenil penetró todos los estamentos sociales y organizaciones, sean nacionalistas, socialistas, cristianas o judías; todos ellos formando parte de ese modo específico de rebelión.
Y todos cantando:
“Wilde Gesellen vom Sturmwind durrchweht/ Fürsten in Lumpen und Loden/ Ziehn wir dahin bis das Herze uns steht/ Rebellen bis unter den Boden/”  =
Fieros muchachos sacudidos por el viento / Príncipes en harapos y loden/ Caminamos hasta que el corazón se para/ Rebeldes hasta debajo de la tierra/
Fuera de Alemania este movimiento juvenil alemán no encontró eco ni comprensión. Un ejemplo de eso son los reportajes del periodista español Manuel Chaves Nogales, quién en el año 1933 – año de la toma de poder nazi – visita Alemania y describe sus impresiones; hace referencia a los numerosos albergues de la juventud - algunos en castillos medievales -,
“que hay por toda Alemania para proporcionar refugio a estos muchachos vagabundos, medio mendigos, medio deportistas, que con un morral a la espalda y una mandolina en el pecho cruzan sin rumbo los caminos de Alemania.”[2]
No eran necesitados de caridad, esa era su forma de vida.
Lo que el autor de estas observaciones vio, era la posterior élite de la nación. De mendigos no tenían nada; y si los hubiera observado más de cerca, habría visto que llevaban banderines de color arcoiris y un retrato del “pájaro migratorio”. Los albergues fueron obra de la labor incansable de un singular personaje a quien siendo anciano lo conocí personalmente, un profesor de Gymnasium.
No es de extrañar que el nazismo naciente se apoderara del signo del Wandervogel y después de prohibir sus distintas organizaciones, lo integrara en la única organización permitida:
Die Hitlerjugend. Así, la organización rebelde se transformó en un elemento más de la dictadura nazi.
¿Por qué tuvo éxito?
No hay ninguna duda, que muchos elementos del proyecto esotérico de esa Alemania escondida se prestaron para alimentar la ideología nazi. “Pureza” es un término muy ambíguo y peligroso cuando cae en bocas de racistas y raza no figuraba en el vocabulario de Wandervogel. Es lamentable, no haber destacado el término de la libertad individual contra el poder estatal en el programa fundador[3]. Tampoco agrada el carácter sexista de la organización que marginaba la presencia de la mujer tal como era usual en la sociedad de entonces.
Pero la barbarie agresiva y el inhumanismo nazi nada tenían que ver con aquel ideal celebrado en sesiones nocturnas alrededor de fogatas, sin alcohol ni tabaco, iluminados por el cante y la recitación de poesías. Todo tenía que ser simple, sencillo, auténtico. Todo refinamiento era detestado, en el vestir, en el comer, en el comportarse – correcto sin etiqueta.
Que nos sentíamos mejores, distintos de la masa, eso es cierto, y podría ser reprochable si no fuera porque muchos se dedicaron a la profesión de educadores, misioneros de su causa humanizante e idealista contra el materialismo social reinante[4].
Yo era del “Bund Neu Deutschland”, fundado en 1919 por los jesuitas en clara sucesión del Wandervogel. Esa variante católica como la socialista “Die Falken” (Los Halcones) renació depués de 1945 con clara vocación internacional o universal, el ideal ya no era Alemania sola sino la humanidad, una estrella demasiado alta para gente tan pequeña. Pero en la juventud  todo parece alcanzable. Nuestro ideal lentamente fue extinguido por la recuperación material de Alemania en la era Adenauer – que no era de nuestro gusto - y relevado por la revolución social del 68; y  yo veo en esa revolución un predominio del elemento colectivo contra nuestro individualismo, de la intolerancia contra nuestra amplitud y generosidad, del plebeyismo contra nuestro ser aristocrático sin nobleza, de la vulgaridad verbal y comportamiento obsceno contra nuestro discurso cuidado.
Compartimos con los del 68 la distinción del fracaso social. No hemos conseguido que la sociedad en su conjunto nos haga caso. La gente no nos ha querido, y todos los banderines del arcoiris no son nada contra los colores del Betis o del Schalke.
Pero en la memoria colectiva sigue viva aquella frase, aunque pocas veces comprendida, que exclamó Claus von Stauffenberg delante de su pelotón de fusilamiento. Así, el atentado fracasado contra Hitler el 20 de julio de 1944 terminó con esa sentencia que retumbaba en el patio de la comandancia militar central en Berlín:
“Es lebe das geheime Deutschland!” – ¡Viva la secreta Alemania! –.
Y eso me da la certeza que no estuvimos tan equivocados los que creímos en ella.
La pronunció nuevamente el actor americano Tom Cruise al recibir un premio por la representación de Stauffenberg en la respectiva película dedicada al fallado golpe de estado contra Hitler.
Entonces, el auditorio permaneció en silencio porque detrás de esa frase se esconde el drama de la nación.

friedrichmanfredpeter
domingo 27 de mayo de 2012




[1] Nombres a recordar: Novalis, Kleist, Fichte, Hegel y Beethoven
[2] Manuel Chaves Nogales, Bajo el Signo de la Esvástica, Editorial Almuzara 2012, p.71.
[3] Friedrich Nietzsche ya había previsto eso: El Reich de Bismarck ha reemplazado el espíritu alemán.
[4] Durante los años de crisis en los años veinte, profesores al inicio de su vida profesional tuvieron que trabajar sin remuneración.

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