Apreciado amigo, me
preguntas ¿Cómo puedo orientarme entre esta confusión de opciones y de votos de
la actualidad?
Y te contesto invitándote a compartir la
siguiente reflexión:
Weltbilder[1]
Cambiantes
¿imposible connivencia?
Weltbild en alemán significa un modo de ver el mundo;
y el plural es: “Weltbilder”, porque hay muchas formas de ver e interpretar lo
que sucede en este mundo. En algunos casos nuestra visión y opinión coinciden
con las de otras personas, y será fácil dialogar. Pero nos damos cuenta, cada
vez más frecuentemente, que hay con quienes no nos entendemos, y eso desde el
principio, desde el primer encuentro y saludo.
Y en este caso no
podremos intercambiar ideas o opiniones. Es cosa de “química”, dirán los
americanos, como si fuera asunto de ciencia interpretar ese fenómeno social que
todos hemos experimentado. A veces basta ver cierto movimiento, modo de vestir
o tono de voz, para tener la sensación si hay entendimiento posible con esa
persona o no.
Dice Joachim Fest
que el ciclo de las ideologías ha terminado.
Al mundo actual no
lo mueven creencias e ideas. La línea general de pensamiento ha decaido;
conceptos y principios que habían determinado vida social, cultura y política de Europa durante el siglo pasado
han desaparecido. Nazismo y comunismo ya
no tienen vigencia, casi han sido olvidados y es como si nunca hubieran
existido.
El muro de Berlín
cayó; sin embargo, hay numerosos nuevos muros mentales. Ocaso o secularización
de regímenes ideológicos han cedido el terreno a una generación despolitizada
predominante en Europa que parece haber nacido para ver, sentir, tocar y
disfrutar, hablar y no leer.
¿Será posible que
con el actual movimiento de los “indignados” se iniciará un nuevo ciclo de
ideas e intenciones para revolucionar la vida pública y privada? ¿Un nuevo
Sesenta y Ocho?
La campaña electoral
en Francia ha demostrado que el tono
entre grupos oponentes se ha vuelto crudo y ofensivo, y el semanario francés
L´Express en su reciente edición pregunta:
“La Gauche, La
Droite, Le FN – Peut-on vivre ensemble?”
No es la cuestión,
cuál de las corrientes en desacuerdo fundamental convence más, si es la
izquierda, la derecha o la extrema nacionalista. La duda principal es, si será
posible su convivencia social a pesar de tan distintas opciones y proclamas
para organizar la vida pública.
Una no sólo es rival
de otra temporalmente compitiendo por el voto individual, sino todas son
excluyentes, mútuamente se combaten, tratan de extenguirse. Sin embargo, sus
diferencias tan marcialmente exhibidas son más de estilo que de ideas.
Predomina el eslogan fácil a imprimir sobre las camisetas. Se han creado nuevos
estilos, modas, formas de ser y de comportarse, a modo de culturas separadas,
alternativas en abierta oposición a la contraria, inclusive negándole
justificación y razón de existencia.
Y el ejemplo español: ser de izquierda es
despreciar la derecha y todo signo de ella,
denunciar su mensaje como error vergonzoso. Contra este acoso la derecha
se defiende pobremente porque le está vedado replicar con el mismo calibre para
no pisar terreno reservado a los ultras.
Por eso, el
nacionalismo regional en España se sirve de insulto hacia el facha, el carca,
quien se atrevió a contradecir a lo que como santuario regional se ha creado.
La opinión contraria es considerada un insulto: un modo de ver que excluye al otro;
y es precisamente esa exclusión que se busca, casi se disfruta de ella. Donde
hay veneración, no se admite oposición. No se opina, se denuncia.
Cuanto ha crecido la
adoración de lo nuestro, de lo propio, tanto aumenta el desprecio hacia el
contrario, que hasta es considerado odiado enemigo personal.
Los extremismos
vasco y catalán han dado muestras, cómo puede caer el consenso moral en la
sociedad postideológica, entregados a la pasión y a la permanente ufanación de
ser distintos, únicos. Una visión así es producto de sentimientos primarios e
indisponible a criterios de la razón. Y eso explica su carácter violento desde
el orígen que acaba en el fanatismo de ejecutores que facilmente se encuentran.
Parece que la crisis
económica ha logrado reactivar fragmentos de ideologías pasadas porque los más
diversos elementos se hallan tejidos en el nuevo ideograma de la Izquierda como en un tapiz multicolor. A
los clásicos, Marx, Engels, Lenín, etc.,
no se recurre, no se los necesita para nada. Nunca se mencionan en los discursos polémicos
del día.
Que la dimensión de
actuales proyectos sea irracional, y no resista el análisis serio no perturba
sus autores. Saben que van a encontrar apoyo entre una masa dispuesta a
aplaudir su modo de ver las cosas; su “Weltbild” no admite dudas ni disposición
a diálogo crítico. El entusiasmo es el justificante.
En Alemania ha nacido el movimiento
“Piraten” – los Piratas. Su mensaje es breve, pero fundamentalista y sectario:
<¡Libre
disposición sobre todo contenido en la red, autonomía total, eliminación de la
privacidad, bienestar para todos!>
No se necesita
argumento ni justificación; si eres joven , hombre y antiautoritario, ya
entenderás el mensaje.
Así de golpe, un
partido sin programa pudo entrar en los parlamentos con numerosos delegados
cambiando por completo el panorama político en el país. Era sencillo, como un
juego virtual en la red; decir “eso me gusta” bastaba.
Es obvio que
conceptos así ponen en peligro la democracia plural que hasta ahora reside
sobre sólido fundamento:
<Partidos
democráticos presentan programas y vías
cómo realizarlos, rivalizan entre ellos, pero se declaran capaces de formar
coaliciones, aceptan las reglas vigentes para construir compromisos, y no ponen en duda la Carta Magna de la
nación.>
Pero la historia nos
enseña que nada es definitivo, la parábola del río del tiempo de Heráclito,
tiene vigencia.
Ante la compleja
realidad del mundo, preferimos refugiarnos a visiones, interpretaciones
partidarias de lo real. Así es el hombre. Y esa visión es considerada nuestra
verdad privada, nuestro “Weltbild” y en él creemos hasta que nuevas
circunstancias hacen que nazca otro.
friedrichmanfredpeter - 13/05/2012
[1] Como pasa con muchos términos en alemán, es difícil encontrar una
palabra equivalente en español. Hay que
explicar su significado.
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