domingo, 13 de mayo de 2012

Carta a Un Joven Europeo

Apreciado amigo, me preguntas ¿Cómo puedo orientarme entre esta confusión de opciones y de votos de la actualidad?
Y te contesto invitándote a compartir la siguiente reflexión:
Weltbilder[1]
                      Cambiantes
                                              ¿imposible connivencia?


Weltbild  en alemán significa un modo de ver el mundo; y el plural es: “Weltbilder”, porque hay muchas formas de ver e interpretar lo que sucede en este mundo. En algunos casos nuestra visión y opinión coinciden con las de otras personas, y será fácil dialogar. Pero nos damos cuenta, cada vez más frecuentemente, que hay con quienes no nos entendemos, y eso desde el principio, desde el primer encuentro y saludo.
Y en este caso no podremos intercambiar ideas o opiniones. Es cosa de “química”, dirán los americanos, como si fuera asunto de ciencia interpretar ese fenómeno social que todos hemos experimentado. A veces basta ver cierto movimiento, modo de vestir o tono de voz, para tener la sensación si hay entendimiento posible con esa persona o no.
Dice Joachim Fest que el ciclo de las ideologías ha terminado.
Al mundo actual no lo mueven creencias e ideas. La línea general de pensamiento ha decaido; conceptos y principios que habían determinado vida social, cultura y  política de Europa durante el siglo pasado han desaparecido.  Nazismo y comunismo ya no tienen vigencia, casi han sido olvidados y es como si nunca hubieran existido.
El muro de Berlín cayó; sin embargo, hay numerosos nuevos muros mentales. Ocaso o secularización de regímenes ideológicos han cedido el terreno a una generación despolitizada predominante en Europa que parece haber nacido para ver, sentir, tocar y disfrutar, hablar y no leer.

¿Será posible que con el actual movimiento de los “indignados” se iniciará un nuevo ciclo de ideas e intenciones para revolucionar la vida pública y privada? ¿Un nuevo Sesenta y Ocho?
La campaña electoral en Francia ha demostrado que el tono entre grupos oponentes se ha vuelto crudo y ofensivo, y el semanario francés L´Express en su reciente edición pregunta:
“La Gauche, La Droite, Le FN – Peut-on vivre ensemble?”
No es la cuestión, cuál de las corrientes en desacuerdo fundamental convence más, si es la izquierda, la derecha o la extrema nacionalista. La duda principal es, si será posible su convivencia social a pesar de tan distintas opciones y proclamas para organizar la vida pública.
Una no sólo es rival de otra temporalmente compitiendo por el voto individual, sino todas son excluyentes, mútuamente se combaten, tratan de extenguirse. Sin embargo, sus diferencias tan marcialmente exhibidas son más de estilo que de ideas. Predomina el eslogan fácil a imprimir sobre las camisetas. Se han creado nuevos estilos, modas, formas de ser y de comportarse, a modo de culturas separadas, alternativas en abierta oposición a la contraria, inclusive negándole justificación y razón de existencia.
Y el ejemplo español: ser de izquierda es despreciar la derecha y todo signo de ella,  denunciar su mensaje como error vergonzoso. Contra este acoso la derecha se defiende pobremente porque le está vedado replicar con el mismo calibre para no pisar terreno reservado a los ultras.
Por eso, el nacionalismo regional en España se sirve de insulto hacia el facha, el carca, quien se atrevió a contradecir a lo que como santuario regional se ha creado. La opinión contraria es considerada un insulto: un modo de ver que excluye al otro; y es precisamente esa exclusión que se busca, casi se disfruta de ella. Donde hay veneración, no se admite oposición. No se opina, se denuncia.
Cuanto ha crecido la adoración de lo nuestro, de lo propio, tanto aumenta el desprecio hacia el contrario, que hasta es considerado odiado enemigo personal.
Los extremismos vasco y catalán han dado muestras, cómo puede caer el consenso moral en la sociedad postideológica, entregados a la pasión y a la permanente ufanación de ser distintos, únicos. Una visión así es producto de sentimientos primarios e indisponible a criterios de la razón. Y eso explica su carácter violento desde el orígen que acaba en el fanatismo de ejecutores que facilmente se encuentran.
Parece que la crisis económica ha logrado reactivar fragmentos de ideologías pasadas porque los más diversos elementos se hallan tejidos en el nuevo ideograma de  la Izquierda como en un tapiz multicolor. A los clásicos, Marx, Engels, Lenín, etc.,  no se recurre, no se los necesita para nada.  Nunca se mencionan en los discursos polémicos del día.
Que la dimensión de actuales proyectos sea irracional, y no resista el análisis serio no perturba sus autores. Saben que van a encontrar apoyo entre una masa dispuesta a aplaudir su modo de ver las cosas; su “Weltbild” no admite dudas ni disposición a diálogo crítico. El entusiasmo es el justificante.

En Alemania ha nacido el movimiento “Piraten” – los Piratas. Su mensaje es breve, pero fundamentalista y sectario:
<¡Libre disposición sobre todo contenido en la red, autonomía total, eliminación de la privacidad, bienestar para todos!>
No se necesita argumento ni justificación; si eres joven , hombre y antiautoritario, ya entenderás el mensaje.
Así de golpe, un partido sin programa pudo entrar en los parlamentos con numerosos delegados cambiando por completo el panorama político en el país. Era sencillo, como un juego virtual en la red; decir “eso me gusta” bastaba.
Es obvio que conceptos así ponen en peligro la democracia plural que hasta ahora reside sobre sólido fundamento:
<Partidos democráticos presentan programas y vías cómo realizarlos, rivalizan entre ellos, pero se declaran capaces de formar coaliciones, aceptan las reglas vigentes para construir compromisos,  y no ponen en duda la Carta Magna de la nación.>
Pero la historia nos enseña que nada es definitivo, la parábola del río del tiempo de Heráclito, tiene vigencia.
Ante la compleja realidad del mundo, preferimos refugiarnos a visiones, interpretaciones partidarias de lo real. Así es el hombre. Y esa visión es considerada nuestra verdad privada, nuestro “Weltbild” y en él creemos hasta que nuevas circunstancias hacen que nazca otro.

friedrichmanfredpeter  - 13/05/2012 



[1] Como pasa con muchos términos en alemán, es difícil encontrar una palabra  equivalente en español. Hay que explicar su significado.

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