domingo, 4 de septiembre de 2011

En Septiembre

comienza un nuevo ciclo de aprendizaje de profesiones industriales en Alemania. Símbolo también de una industria que siempre ha de inventarse de nuevo.
Vale reflexionar sobre esencias de la permanente discusión sobre desastres causados por el capitalismo, ahora llamado neoliberal. Existe una abundante literatura crítica sobre las consecuencias negativas de globalización e integración en el mercado común europeo. Presenciamos como sus activistas se declaran víctimas y se unen en marchas de protesta y rebelión desde Grecia a España: “¡Unidos contra el enemigo común: el sistema neoliberal!”.

En toda esa literatura prolífica de textos críticos contra el "neoliberalismo", falta la descripción de la alternativa. ¿Cómo debe ser organizada la alternativa antiliberal? Se escucha un clamor de “solidaridad” y “justicia” porque lo que existe es denunciado y negativo:
  • la globalización destruye el mercado local, 
  • la UE reduce a España a un lugar turístico,
  • la liberalización del contrato laboral causa inestabilidad social y el desastre del paro juvenil.
  • En fin, el futuro de España es pobreza social ante un crecimiento sin medida del capital en manos de pocos.

¿Dónde está lo positivo, si lo hay?
¿No ha invadido el bienestar general los hogares socialmente menos favorecidos como nunca antes sucedió? – Según las estadísticas de Naciones Unidas la pobreza en el mundo ha descendido y  todo eso a pesar del paro e inestabilidad laboral. Es verdad, la industria moderna es distinta de la tradicional y la sociedad también lo es. Nunca antes en la historia existía el fenómeno de que  se pueda vivir sin trabajar; y eso sucede en muchas familias ya durante decenios. Nadie aprecia este fenómeno nuevo, se considera normal y fruto de un derecho social. Varias generaciones viven de paro en paro, pero con televisor, coche y vacaciones. Se alimentan practicamente igual que los que están trabajando. Su limitación está en la escasa formación y en el bajo índice en participación cultural. ¿Qué pueden ofrecer en el mercado laboral? No leen libros, muchos casi han perdido la noción de la lectura, crece el analfabetismo en el precariado social. Ven televisión todo el día.
La doctrina socialista, que la nacionalización del proceso de producción crea igualdad y es justa ha cedido el terreno a la práctica socialdemócrata que hay que socializar los resultados de esa producción capitalista. ¡Hay que socializar los beneficios y no la producción! El ideal de la clase obrera que los medios de producción estén bajo control social ha cambiado. Lo que se quiere es cobrar el cheque al principio de cada mes, provenga de donde sea. Resulta que para el que solamente ofrece labor no cualificada cada vez hay menos lugares a refugiarse. ¿Dónde puede invertir esa relativa incapacitación de por vida para ejercer un trabajo?
Por eso, el partido Verde alemán favorece el proyecto de una pensión social de por vida que se mide por las necesidades básicas de subsistencia y la recibirá todo el mundo, independiente si trabaja o no. Y eso en un país donde prácticamente hay empleo para todos. En Baviera p.ej. el paro es de 2%. Para lograrlo, la educación ha sido fundamental.   
Ahora, el día 1 de septiembre comienzan los contratos de aprendizaje industrial. Hay más de 90 mil ofertas y menos de 80 mil demandas. Más de diez mil puestos de aprendizaje industrial quedarán libres sin ocupar. Otros más no se ocuparán por falta de preparación de los candidatos. En vista de eso, me pregunto, ¿de dónde surgen todas estas lamentaciones cargadas de resentimientos y de doctrinas fundadas en el pasado?
Nadie puede ejercer una actividad profesional sin tener que adaptarse a alteraciones profundas durante su vida laboral. La misma evolución técnica exige flexibilización del mercado laboral. El saber de hoy ya no sirve mañana. Habrá que estudiar, cambiar, adaptarse  a la medida de la permanente innovación. Esa es la realidad. No sólo la labor del obrero está hecha una inestabilidad permanente, las empresas mismas surgen y desaparecen. Se han hecho estudios sobre eso. Muchas empresas medianas no tienen continuación. De padres a hijos practicamente no pasa capital productivo porque este capital constante - de Marx - es lo más inconstante que hay. Las máquinas de ayer ya no sirven para mañana. Gran parte del descenso imparable de las economías dirigidas reside en eso. Rusos, alemanes de la RDA, cubanos y hasta poco chinos durante demasiado tiempo trabajaron con máquinas prehistóricas. Improductivas. Marx había descrito eso. ¿Por qué no leen El Capital los que exhiben convicciones marxistas? 
¿Quienes son los ganadores en este proceso imparable? 
Conocemos ya los que a sí mismos se autodefinen como perdedores, los que buscan redención en la mano mágica del estado protector. 
Los ganadores – si miramos las biografías de los que dan los impulsos decisivos en esa empresa colectiva que es el mundo – son hijos de familias humildes. No son otros que el vecino de al lado. Son los que están dispuestos a arriesgarse, a abandonar la cómoda existencia modesta, de alejarse  del entorno habitual. Representan  el capital variable del día, hablando en términos de Marx. Y son decisivos en el proceso de la reproducción del capital globalizado. Actividad e inteligencia, factores humanos son el capital decisivo. Ya no son simples ejecutores de la maquinaria productiva, son creadores de nuevas máquinas. Miles de patentes anualmente se crean nuevamente  en el mundo, sólo SESENTA en España. Y eso no depende de la fuerza paralizadora de turismo y ladrillismo, donde pocas innovaciones son posibles. Hay que romper una frontera mental que identifica la justicia social con reducción de la reproducción social a la autosuficiencia, al cómodo bienestar, al consumismo. Riqueza hay que construirla antes que repartirla. La Unión Europea, la economía global, son un chance, un golpe de suerte que ha caido sobre nuestro continente para libertar iniciativas que nunca antes existían a nivel personal y nacional y no son una amenaza. Son un reto.
Así lo veo yo.

manfredpeter

4 de septiembre de 2011

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