jueves, 29 de diciembre de 2016

Rilke y Assa

Alberto Assa, traductor de Rainer Maria Rilke
en las trincheras de la guerra civil española

“…Tal vez, los muertos solamente se retiraron para reflexionar sobre la vida.[i]
...La vida siempre dice al mismo tiempo: SÍ y NO. La Muerte, sin embargo, siempre dice SÍ porque la muerte es  el auténtico SÍ.”


Alberto Assa y Rainer María Rilke tuvieron una fuerte relación que duraría buena parte de la vida de nuestro apreciado profesor Assa; se inició esta historia del poeta mayor con el  joven Assa durante la clandestinidad de una actividad menospreciada por todos: la guerra. Leer poemas de Rilke en una trinchera excavada para protegerse de los tiros de un enemigo dispuesto a matar, a fusilar y a no dar tregua, es realmente un hecho extraordinario. Así lo hizo  Albert Assa durante su actividad como soldado del Batallón Thaelmann en aquella lejana guerra española que hoy resulta casi exótica. Quedan de ella un montón de ideas confusas acerca de intereses concretos sociopolíticos. Los individuos participantes se perdieron en ese intríngulis y los muertos no hablan. Hoy seguramente no  existan sobrevivientes para contar sus sueños e ideales y los sucesos espeluznantes que sacudían a Europa antes de la Segunda Guerra. El escenario era España y la violencia ejecutada en aquel escenario parecía el preludio de la ópera sangrienta que sacudiría el continente y cambiaría el mundo occidental, pocos años después.


¿Por qué entonces leer a Rilke? Sencillamente porque un hombre sensible no soporta en lo más profundo de su ser tal cruenta realidad y busca refugiarse en un ambiente de excelencia y de sublime observación y reflexión; esa misma que se halla en los textos de Rainer Maria Rilke y que la esencia del lector  encuentra: que la más auténtica verdad sobre lo que nos pasa no se puede contar en ningún texto narrativo. La valentía, el dolor, la muerte no caben en ningún reportaje. Sentir frío o calor, sed o hambre, el miedo y la duda no son traducibles. Las imágenes de horror no son para fotografiarlas, al volverse rutinarias apagan la pasión y también la compasión. No sirven para ser contadas.  Esta imposibilidad de traducir hechos en palabras, abre en el joven lector A.A. las ganas de traducir las hermosas palabras repletas de visiones profundas en versos escritos en lengua alemana para transmitirlas a esa otra omnipresente lengua de su vida, el castellano. La intención subconsciente es  apoderarse de ambas, para hacerlas suyas. La pasión del traductor es –la conozco bien-   irresistible.
Assa y Rilke se habían encontrado y ya no se separarían más.

Años más después , ya convertido en el profesor Alberto Assa, aquel sensible guerrero traduciría:

La mayor parte de los acontecimientos son inexpresables; suceden dentro de un recinto que nunca halló palabra alguna. Y más inexpresables que cualquier otra cosa son las obras de arte: seres llenos de misterio, cuya vida, junto a la nuestra que pasa y muere, perdura”[ii]

El misterio de la escritura, del arte y de la música abre una visión perdurable de todo lo que nos sucede. Esa, la vida de A.A. que pareciera aventurera, entregada a un monólogo político limitado por un dudoso activismo transitorio, se llenó de un sublime ideal humanista. Contrario a todo lo que hubiese en una trinchera, existe fantasía de arte, poesía en un mundo sin trincheras, sin hambre, sin fríos.
El profesor Assa nunca más estuvo solo, siempre le acompañó Rainer Maria Rilke.
Me imagino que Rilke tampoco abandonó al que tan a fondo le amaba.
La cita inicial podría ser dedicada a la muerte del profesor más venerado en Barranquilla:

“…Tal vez, los muertos solamente se retiraron para reflexionar sobre la vida.[iii]
...La vida siempre dice al mismo tiempo: SÍ y NO. La Muerte, sin embargo, siempre dice SÍ porque la muerte es  el auténtico SÍ.”



Alberto Assa fue sobreviviente de la Guerra Civil española y sobrevivió a su propia muerte… en otras trincheras: las de la paz y la educación, para cumplir un ideal humanista.

friedrichmanfredpeter    diciembre 2016
edición   anavictoriaoeding


         [ii] Rainer Maria Rilke, Carta a un joven poeta

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