¿ALTERNATIVE?
“Alemán es quien posee la ciudadanía alemana.”
< Art.16 GG>[1]
Alternative für Deutschland AFD se llama el partido
político alemán creado hace tres años, que ha tenido un éxito sorprendente en
las elecciones regionales recientes en Alemania. Junto con otros grupos
sociales iguales o más radicales aún pretenden “defender los derechos del
pueblo alemán”.
“¡Alemania primero!” se diría modificando un conocido eslogan
americano.
“Wir sind das
Volk!” gritan miles de voces en continuas manifestaciones callejeras---“Nosotros somos el pueblo” --
Ellos presumen defender los derechos de un supuesto
“pueblo alemán” contra las pretensiones de un “gobierno corrupto” que dizque no
respeta la identidad nacional de los alemanes al admitir la inmigración de
gente procedente de otras etnias y culturas. El hecho de que se trate de
refugiados en busca de asilo es ignorado por estos grupos. El interés local se
antepone a todo, la preocupación por el destino de los demás llega hasta la
frontera más cercana; por allá lejos, nada les interesa. Pueden creer incluso
que no existe.
Las palabras “WIR”
y “ das VOLK” (nosotros – el pueblo) reclaman una
supuesta identidad étnica entre individuos y pueblo que conformen la nación
Alemania.
Yo contradigo esa pretensión. Es una falacia porque no está
conforme con la palabra y el sentido de la Constitución:
--Ellos no son “das Volk”,
sólo son una parte de la población.
--Ellos no son “Wir” ;
“nosotros el pueblo” tal es una expresión del ideario excluyente y
totalitario, herencia tanto de nazis como de
comunistas.
La Constitución alemana define que alemanes son
quienes poseen la ciudadanía alemana; cualquier definición arbitraria es inconstitucional
y resulta lícito llamar nazis a aquellos que andan vociferantes por las calles
predicando el odio contra extranjeros. La Constitución alemana no conoce
ninguna etnia propia, ni religión, ni otras preferencias para formar a la
nación alemana. El término “völkisch”,
adjetivo de “das Volk” también pertenece
al vocabulario nazi. Quién la usa para describir “limpieza étnica”es un nazi
ideológico. En ningún momento de su historia la población alemana ha sido
“völkisch”: ese fue un invento de mentes obsesionadas con el racismo. Los
movimientos neonazis reciclan esa terminología para denunciar el “peligro” de
perder “la identidad” debido a las mezclas con poblaciones foráneas.
La historia da cuenta de colaboradores intelectuales
de tal ideología. La presente ola de simpatía que sensibiliza a la población
reaccionaria del país (no olvidemos que revolución y reacción son mecanismos
sociales históricos) despierta un desarrollo fatal de oportunismo hacia esta
renovada teoría racista.
Haber abolido el racismo antihumano después de 1945
constituye el gran logro histórico de Alemania y ha sido la respuesta de la generación de posguerra ante
los abusos y crímenes del totalitarismo estatal nazi, que también estuvieron al
orden del día bajo dominio soviético en Alemania Oriental durante dos
generaciones más.
Ahora, durante meses, estos grupos extremistas que
parecen haber resucitado de tumbas casi olvidadas comienzan a envenenar la
convivencia pacífica. Y tienen éxito con su discurso simple y agresivo. Los
reaccionarios del día son modernos, no son defensores de valores tradicionales
como hacen algunos primos suyos conservadores. Ellos manifiestan vigor juvenil;
la simpleza del discurso engancha fácilmente a sus jóvenes seguidores que
carecen de formación y de saber histórico. En sus vidas privadas son “recocheros”;
han aprendido modos de vivir alegres y deshinibidos y saben que predicar odio
es más eficaz que hablar dulcemente de amores platónicos. Los reaccionarios
alemanes y los gringos sintonizan en el discurso banal y plebeyo. Les gusta el
espectáculo. ¿Vencerán?
Acusan la política
de la canciller Merkel por “traicionar al pueblo alemán” porque ella fue quien
admitió a los refugiados inmigrar, sin diferenciar origen étnico ni creencias.
En realidad al
así actuar, Merkel simplemente cumplió con otro mandato constitucional tal es
la obligación por parte de la nación alemana de prestar asilo político al
perseguido, lo que es base de su labor: Todo canciller es obligado a cumplir
juramento prestado.
Observando los recientes
sucesos en numerosos países occidentales
entiendo que nos hallamos ante una avalancha reaccionaria, el ejemplo
alemán sólo forma una parte de un problema universal.
Llegó el momento
de defender el diamante de una Constitución que rescató al humanismo de entre los
escombros de dos guerras. Que algunos vecinos europeos no compartan esto es algo que no nos debe
perturbar.
Alemania no debe
recaer en el marasmo étnico en que se convirtió la sociedad alemana durante la
reciente historia del siglo pasado.
Modificando un
verso de Bert Brecht, escribo:
¡Otras
naciones hagan sus labores,
Yo
haré las mías!
friedrichmanfredpeter noviembre
2016
[1] Deutscher im Sinne dieses Grundgesetzes ist ----- wer die
deutsche Staatsangehörigkeit besitzt.<Art.16 GG>
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