Kluge Sterne.
Die Blumen erreicht der
Fuß so leicht,
Auch werden zertreten die meisten;
Man geht vorbei und
tritt entzwei
Die blöden wie die
dreisten.
Die Perlen ruhn in
Meerestruh’n,
Doch weiß man sie
aufzuspüren;
Man bohrt ein Loch und
spannt sie in’s Joch,
In’s Joch von seidenen
Schnüren.
Die Sterne sind klug,
sie halten mit Fug
Von unserer Erde sich
ferne;
Am Himmelszelt, als
Lichter der Welt,
Stehn ewig sicher die Sterne
Sabias Estrellas
Las flores
están a la merced de los pies / Son trituradas en el camino /
Nuestro
paso las aplasta / Tanto a tontas como a atrevidas/
Las perlas están en el fondo del mar / Sin embargo,
las sabemos encontrar /
Las
perforamos para meterlas en un collar / Un yugo de cadenas de seda /
Los astros
sabios y prudentes circulan / Muy lejos de nuestra tierra /
En el firmamento
son luces del mundo / Eternas, seguras… sabias estrellas /
He traducido este poema (1844) de Heinrich Heine para captar la sabia advertencia del autor sobre la
permanente agresión del hombre contra la naturaleza, agresión mezclada de imprudencia, menosprecio e
indiferencia humana ante la belleza.
El filósofo Friedrich Hegel, a quien Heine llegó a conocer
durante su estadía en Berlín, declaró que aquel cielo estrellado tan amado
por los románticos no era más que "el
prurito brillante del cielo", metáfora crítica e hiriente a la que el
poeta Heinrich contradice magistralmente en la última estrofa de su poema.
Heine comprendió que "die
blaue Blume" - la flor azul - el emblema creado por Novalis y etiqueta
del romanticismo alemán, necesitaba una
corrección. La flor
azul dejó de ser un símbolo del deseo de superación de la vida común de los
hombres: habría que ver esa flor en peligro de extinción bajo la acción bruta
de la bota del hombre que aplasta con ella a toda una cultura.
Y observa, cómo ni siquiera las perlas en el fondo del mar
están seguras de la depredación humana ya que su destino es ser traídas a la
superficie de la tierra para ser encadenadas en “yugos de seda” que servirán a
la prepotencia y soberbia de damas y caballeros cuyo ejercicio de poder y
dominio no respeta límites.
Pero…¡ ahí arriba quedan las estrellas, fuera del alcance de la
"bota" destructiva del hombre! Heine al igual que Beethoven rescata
su imagen: son las luces del mundo, consuelan al alma herida detrás de una mente sensible.
"El Himno a
la Noche" de Beethoven[2]
es pareja del poema de Heine: Observando el cielo estrellado nocturno, el himno
a la noche proclama: "Möchte mit
Euch so gerne ziehn himmelwärts!" - quisiera volar con vosotras hacia el cielo! - Un deseo, pero también
un gran escape de la agobiante realidad del país donde ambos viven. Heine encuentra una
situación social intolerable que le motiva escribir su famosa maldición:
" Ein Fluch dem falschen Vaterlande,
Wo nur gedeihen Schmach und Schande!"
…¡Maldición a la falsa patria !/
Donde solo crecen el dolor y la vergüenza /...
Por ello es que nace la necesidad de emigrar…un viaje más allá
de la realidad, hacia el cielo estrellado, abandonar una tierra donde la bota
pisa las flores, y entre estas la flor
azul, el ideal romántico.
Es más que una decisión política en busca de un lugar seguro.
En aquellos años la ciencia descubrió la inmensa dimensión del universo. Al
mismo tiempo, Heinrich Heine emigró físicamente
a París, abandonando esa patria que lo amarrara desde que nació; tal motivó la creación
de una de las palabras poéticas más bella del idioma alemán, sintomática para
lo que llamamos el espíritu crítico e idealista alemán: el término "Sehnsucht" que no tiene
traducción exacta, que máso menos significaría en español nostalgia de lo imposible.
Y ahí estriba su modernidad; se lo agradecemos y queda esa sombría preocupación que no
cesará de crecer en toda mente sensible:
¿Qué será de esta naturaleza, simbolizada en la flor azul de los románticos y que abandonada a la bota
brutal del hombre que la tritura?...¿sobrevivirá? … ¿sobreviviremos?
friedrichmanfredpeter
abril de 2016
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[1] kornblumenblau, una flor casi extinguida en los trigales
europeos, aun presente con frecuencia durante mi infancia. La bota agroquímica
acabó con ella.
[2] Vea: Hymne an die Nacht de Beethoven <you-tube. com>
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