-- an eine Freundin --
Ich teile Ihre Bewunderung für die deutsche Sprache, deren
Reichtum und Ausdruckskraft besonders in philosophischen Texten unerreicht ist.
Davor ist allerdings die Hürde einer schwierigen Grammatik gebaut.
Hölderlin erklärte Deutsch, die Sprache seiner Dichtung, für
das Griechisch der Moderne.
Wie im alten Rom nur gebildet sein konnte, wer Griechisch
beherrschte, so sei auch in seinem Europa, das damals ja Französisch sprach,
nur der ein "ganzer Mensch“, der das Deutsche beherrsche. Madame de Stael
teilte diese Ansicht und erklärte die Stadt Weimar zum Parnass der Moderne. Von
dort ging letztlich auch der Impuls aus, der Alexander von Humboldt nach
Amerika trieb. Es war nicht, wie oft vermutet, Abenteuerlust und Entdeckerdrang,
sondern der Antrieb, dem Sinn der Weltordnung, dem "Kosmos" auf die
Spur zu kommen. Humboldt folge Goethe nach, der diese Haltung im Faust
klassisch fomuliert hat, nämlich “Erkennen,
was die Welt im Innersten
zusammenhält”. Nicht allein Kenntnisse sondern Erkenntnis war also sein
Ziel. Und das ist griechisch.
Römer entdeckten und eroberten die damalige Welt. Der Sinn all
dessen war ihnen gleichgültig. Desgleichen verfuhren Spanier und Engländer.
Diese Unterscheidung ist modernen Zeitgenossen aber kaum bewusst. Ich fühle
mich veranlasst, das herauszustellen.
Wie Humboldt zu denken und zu handeln sollte die Zielsetzung
einer deutschen Kultur sein. Nur das wird dem Charakter, der uns trägt und
prägt, wirklich gerecht.
Dies erklärt herausragende Leistungen einzelner, die dies
vielleicht intuitiv begreifen; nicht besser zu sein, ist ihr Ziel, sondern
anders. Dies setzt schöpferische Kraft frei, die Erfolge produziert.
Vielen Beobachtern der neuen Geschichte ist aus o.g. Grund der
deutsche Imperialismus des 20.Jh. unverständlich. Der mit militärischer Gewalt
gesuchte "Platz an der Sonne", wie sich der Kaiser Wilhelm II
ausdrückte, wäre nämlich dem deutschen Reich ganz ohne jede Gewalt von selbst
zugefallen, und dies schließt den gesamten mitteleuropäischen Block ein, die
die bismarcksche Bündnispolitik geschaffen hatte.
Wissenschaft, Wirtschaft und Kultur nahmen nämlich vor 1914
einen absolut unerreichten Spitzenplatz ein. Der Grundwiderspruch in dieser
Entwicklung lag im Fehlen der Demokratie. Der gewaltsame, törichte Ausbruch hat
gerade verhindert, was im Frieden erreicht worden wäre. Der deutsche Enkel der
englischen Imperialistin Victoria hat als Ignorant und Banause verspielt, was
sich aus dem Geiste Weimars hätte entfalten können. Dass ein noch unseliger
Wicht wie Hitler noch eins draufsetzen musste, kam einer mörderischen
Selbstzerstörung gleich. Warum eine Nation, zu anderem berufen, sich drauf
einliess, ist mir bis heute ein Rätsel.
Dennoch hege ich die Hoffnung, dass das nunmehr vereinte
Deutschland seinen friedvollen Platz im vereinten Europa und in der Welt finden
werde, und dass dies unumkehrbar bleibe.
Alemán
---Carta a una amiga---
Comparto su admiración por la lengua alemana de cuya fuerza
expresiva tanto se alimenta la reflexión a través de textos filósóficos cuya
creación ha resultado fundamental la naturaleza del idioma germano. Empero hay
que superar una primera dificultad al acercarse al alemán (llevadera para
quienes tienen el alemán como lengua materna, muy fuerte para quienes no), ella
es la gramática alemana.
El poeta Holderlin declaraba al alemán (lengua de su obra poética) como
equivalente moderno del antiguo griego; tal como en la Roma clásica sólo quien
conociera griego podía ser culto, en la Europa del siglo XVIII dominada por el
francés, sólo debiera ser considerado "hombre completo“ quien supiera
alemán. Madame de Stael pensaba lo mismo y consideró la ciudad de Weimar el Parnaso
de la era moderna.
En esta ciudad surgió el impulso idealista que motivó a Alexander
von Humboldt a explorar América trópical. No fue un ánimo aventurero o conquistador,
como suele ser interpretado, lo que lo motivó;
la idea dirigente era revelar los secretos de la naturaleza, descifrar
los enigmas de la madre tierra, y en este sentido siguió el camino modelado por
su maestro ilustre JohannWolfgang Goethe, quien había dado palabras clásicas a
esa intención en su drama Der Faust : "Erkennen, was die Welt im Innersten
zusammenhält" …Dificil
traducción de esta sentencia sin que pierda su notoriedad lírica. Más bien
parafraseando sería: Entender el mundo a
partir de la conquista de Aquello que en su interior, en su esencia lo constituye.
No se trataba de amasar datos, reunir información. La meta era
comprender la naturaleza del nuevo mundo. Y tal es en esencia continuar la
tradición de los griegos.
Los romanos descubrieron y conquistaron el mundo de su tiempo
histórico; el sentido de todo ello no les interesaba. Igual hicieron españoles
e ingleses en sus propios tiempos. Esa es una diferencia fundamental que
perdura hasta el día de hoy en la construcción del conocimiento desde las
huellas clásicas, normalmente subestimada por el común de la opinión.
Sin embargo, Thomas Mann
señaló en esa característica un “modo de ser específico alemán”, opuesto a la
cultura pragmática de occidente – en esencia anglosajona, que finalmente
predominaría. La alemana sin embargo, se le presenta diferente, un tanto no-occidental.
Pensar y actuar como Humboldt debiera ser la proyección de la
cultura alemana en el mundo. Su particular aporte aunque quijotesco y a veces
fallido. Sólo eso cumple el carácter especial que nos formó y que debe
guiarnos.
Ese es el aporte específico alemán a la cultura universal y es lo
que muchas personas en el mundo esperan
encontrar al acceder a colegios, universiades u otras instituciones culturales
alemanas dentro y fuera de Alemania, cuando desean compartir este espíritu
alemán manifiesto en su lengua.
También cabe señalar como muchos observadores de la cultura alemana
no encuentran explicación del imperialismo alemán del siglo XX.
Guillermo II justificó la
política militarista para "buscar un puesto bajo el sol“ para el recien
fundado Deutsches Reich en competencia con las potencias occidentales. No
comprendió que este puesto destacado lo habría obtenido el joven Reich sin
hacer uso de fuerza militar.
Ciencia, técnica, economía y cultura alemanas mantuvieron un primer
puesto en el mundo a comienzo del siglo XX.
Y eso era válido para los aliados que la política del canciller Bismarck
había creado. El problema principal fue la falta de democracia y el empleo de
la violencia, no solo contraproducente sino incluso estúpido porque a la larga
impidió lo que pacíficamente ya se había logrado. La paz convenía a Alemania…
no la guerra.
Guillermo II, nieto alemán de la reina Victoria de Inglaterra con
formación y mentalidad británica, ignorante e imbécil, jamás entendió lo que en
el nombre del paradigma de Weimar podría haber sido posible. Y aun más: el siniestro
Adolfo Hitler, como surgido de la nada, al continuar esta vía cargada de
ideogía y crimen casi logra exterminar para siempre un futuro para Alemania, su
cultura y su lengua.
Hoy, siglo XXI después de
haber vencido todos los obstáculos del pasado terrible, una nueva amenaza
acecha el mensaje de Weimar. La cultura
pragmática y técnica del inglés fácilmente asequible impone su normativa
sencilla y eficaz, reñida con el clásico objetivo alemán y su compleja
herencia. He ahí la necesidad de “competir” en las plazas del conocimiento
edificando academicamente (a nivel superior universitario, dentro de Alemania y
fuera de ella) proyectos que tienen el idioma inglés como único requisito.
Pero, con seguridad, mañana
creativo y libre será aquel que sepa caminar sobre las huellas de Goethe y
Humboldt, diseñadas para pensar, sentir y buscar lo que en el fondo constituye
nuestro mundo. Ese sí que es “el modo de ser alemán” para ser creativo y
eficaz.
manfred / ana enero 2016
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