domingo, 17 de enero de 2016

DEUTSCH

 -- an eine Freundin --
Ich teile Ihre Bewunderung für die deutsche Sprache, deren Reichtum und Ausdruckskraft besonders in philosophischen Texten unerreicht ist. Davor ist allerdings die Hürde einer schwierigen Grammatik gebaut.
Hölderlin erklärte Deutsch, die Sprache seiner Dichtung, für das Griechisch der Moderne.
Wie im alten Rom nur gebildet sein konnte, wer Griechisch beherrschte, so sei auch in seinem Europa, das damals ja Französisch sprach, nur der ein "ganzer Mensch“, der das Deutsche beherrsche. Madame de Stael teilte diese Ansicht und erklärte die Stadt Weimar zum Parnass der Moderne. Von dort ging letztlich auch der Impuls aus, der Alexander von Humboldt nach Amerika trieb. Es war nicht, wie oft vermutet, Abenteuerlust und Entdeckerdrang, sondern der Antrieb, dem Sinn der Weltordnung, dem "Kosmos" auf die Spur zu kommen. Humboldt folge Goethe nach, der diese Haltung im Faust klassisch fomuliert hat, nämlich “Erkennen, was die Welt im Innersten zusammenhält”. Nicht allein Kenntnisse sondern Erkenntnis war also sein Ziel. Und das ist griechisch.


Römer entdeckten und eroberten die damalige Welt. Der Sinn all dessen war ihnen gleichgültig. Desgleichen verfuhren Spanier und Engländer. Diese Unterscheidung ist modernen Zeitgenossen aber kaum bewusst. Ich fühle mich veranlasst, das herauszustellen.
Wie Humboldt zu denken und zu handeln sollte die Zielsetzung einer deutschen Kultur sein. Nur das wird dem Charakter, der uns trägt und prägt, wirklich gerecht.
Dies erklärt herausragende Leistungen einzelner, die dies vielleicht intuitiv begreifen; nicht besser zu sein, ist ihr Ziel, sondern anders. Dies setzt schöpferische Kraft frei, die Erfolge produziert.
Vielen Beobachtern der neuen Geschichte ist aus o.g. Grund der deutsche Imperialismus des 20.Jh. unverständlich. Der mit militärischer Gewalt gesuchte "Platz an der Sonne", wie sich der Kaiser Wilhelm II ausdrückte, wäre nämlich dem deutschen Reich ganz ohne jede Gewalt von selbst zugefallen, und dies schließt den gesamten mitteleuropäischen Block ein, die die bismarcksche Bündnispolitik geschaffen hatte.
Wissenschaft, Wirtschaft und Kultur nahmen nämlich vor 1914 einen absolut unerreichten Spitzenplatz ein. Der Grundwiderspruch in dieser Entwicklung lag im Fehlen der Demokratie. Der gewaltsame, törichte Ausbruch hat gerade verhindert, was im Frieden erreicht worden wäre. Der deutsche Enkel der englischen Imperialistin Victoria hat als Ignorant und Banause verspielt, was sich aus dem Geiste Weimars hätte entfalten können. Dass ein noch unseliger Wicht wie Hitler noch eins draufsetzen musste, kam einer mörderischen Selbstzerstörung gleich. Warum eine Nation, zu anderem berufen, sich drauf einliess, ist mir bis heute ein Rätsel.


Dennoch hege ich die Hoffnung, dass das nunmehr vereinte Deutschland seinen friedvollen Platz im vereinten Europa und in der Welt finden werde, und dass dies unumkehrbar bleibe.


Alemán

---Carta a una amiga---
Comparto su admiración por la lengua alemana de cuya fuerza expresiva tanto se alimenta la reflexión a través de textos filósóficos cuya creación ha resultado fundamental la naturaleza del idioma germano. Empero hay que superar una primera dificultad al acercarse al alemán (llevadera para quienes tienen el alemán como lengua materna, muy fuerte para quienes no), ella es la gramática alemana.
El poeta Holderlin declaraba al alemán (lengua de su obra poética) como equivalente moderno del antiguo griego; tal como en la Roma clásica sólo quien conociera griego podía ser culto, en la Europa del siglo XVIII dominada por el francés, sólo debiera ser considerado "hombre completo“ quien supiera alemán. Madame de Stael pensaba lo mismo y consideró la ciudad de Weimar  el Parnaso  de la era moderna.
En esta ciudad surgió el impulso idealista que motivó a Alexander von Humboldt a explorar América trópical. No fue un ánimo aventurero o conquistador, como suele ser interpretado, lo que lo motivó;  la idea dirigente era revelar los secretos de la naturaleza, descifrar los enigmas de la madre tierra, y en este sentido siguió el camino modelado por su maestro ilustre JohannWolfgang Goethe, quien había dado palabras clásicas a esa intención en su drama Der Faust : "Erkennen, was die Welt im Innersten zusammenhält" …Dificil traducción de esta sentencia sin que pierda su notoriedad lírica. Más bien parafraseando sería: Entender el mundo a partir de la conquista de Aquello que en su interior, en su esencia lo constituye.
No se trataba de amasar datos, reunir información. La meta era comprender la naturaleza del nuevo mundo. Y tal es en esencia continuar la tradición de los griegos.
Los romanos descubrieron y conquistaron el mundo de su tiempo histórico; el sentido de todo ello no les interesaba. Igual hicieron españoles e ingleses en sus propios tiempos. Esa es una diferencia fundamental que perdura hasta el día de hoy en la construcción del conocimiento desde las huellas clásicas, normalmente subestimada por el común de la opinión.
 Sin embargo, Thomas Mann señaló en esa característica un “modo de ser específico alemán”, opuesto a la cultura pragmática de occidente – en esencia anglosajona, que finalmente predominaría. La alemana sin embargo, se le presenta diferente, un tanto no-occidental.
Pensar y actuar como Humboldt debiera ser la proyección de la cultura alemana en el mundo. Su particular aporte aunque quijotesco y a veces fallido. Sólo eso cumple el carácter especial que nos formó y que debe guiarnos.
Ese es el aporte específico alemán a la cultura universal y es lo que muchas personas en el  mundo esperan encontrar al acceder a colegios, universiades u otras instituciones culturales alemanas dentro y fuera de Alemania, cuando desean compartir este espíritu alemán manifiesto en su lengua.

También cabe señalar como muchos observadores de la cultura alemana no encuentran explicación del imperialismo alemán del siglo XX.
Guillermo II  justificó la política militarista para "buscar un puesto bajo el sol“ para el recien fundado Deutsches Reich en competencia con las potencias occidentales. No comprendió que este puesto destacado lo habría obtenido el joven Reich sin hacer uso de fuerza militar.
Ciencia, técnica, economía y cultura alemanas mantuvieron un primer puesto en el mundo a comienzo del siglo XX.  Y eso era válido para los aliados que la política del canciller Bismarck había creado. El problema principal fue la falta de democracia y el empleo de la violencia, no solo contraproducente sino incluso estúpido porque a la larga impidió lo que pacíficamente ya se había logrado. La paz convenía a Alemania… no la guerra.

Guillermo II, nieto alemán de la reina Victoria de Inglaterra con formación y mentalidad británica, ignorante e imbécil, jamás entendió lo que en el nombre del paradigma de Weimar podría haber sido posible. Y aun más: el siniestro Adolfo Hitler, como surgido de la nada, al continuar esta vía cargada de ideogía y crimen casi logra exterminar para siempre un futuro para Alemania, su cultura y su lengua.
Hoy,  siglo XXI después de haber vencido todos los obstáculos del pasado terrible, una nueva amenaza acecha el mensaje de Weimar.  La cultura pragmática y técnica del inglés fácilmente asequible impone su normativa sencilla y eficaz, reñida con el clásico objetivo alemán y su compleja herencia. He ahí la necesidad de “competir” en las plazas del conocimiento edificando academicamente (a nivel superior universitario, dentro de Alemania y fuera de ella) proyectos que tienen el idioma inglés como único requisito.
Pero, con seguridad,  mañana creativo y libre será aquel que sepa caminar sobre las huellas de Goethe y Humboldt, diseñadas para pensar, sentir y buscar lo que en el fondo constituye nuestro mundo. Ese sí que es “el modo de ser alemán” para ser creativo y eficaz.

manfred / ana    enero 2016

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