viernes, 27 de febrero de 2015

∼ Er ist's ∼

∼ Er ist's ∼
Frühling läßt sein blaues Band
Wieder flattern durch die Lüfte;
Süße, wohlbekannte Düfte
Streifen ahnungsvoll das Land.
Veilchen träumen schon,
Wollen balde kommen.
Horch, von fern ein leiser Harfenton!
Frühling, ja du bist's!
Dich hab ich vernommen!
Eduard Mörike (1828)
--- Es ella ---
Primavera deja volar su cinta azul por los aires /
Oleadas de dulces aromas invaden el campo /
Violetas ya están soñando, deseando brotar /
-- ¡Escúchalo, un suave sonido de mandolina! /
¡Primavera, sí... eres tu; a ti te he percibido! /
Eduard Mörike (1828)
 
 
En Andalucía llega antes que en el centro de Europa. Su entrada es suave, dulce, femenina; es LA primavera. El idioma alemán describe esa entrada con voz masculina: DER Frühling. Aquí también encontramos esa diferente percepción de la naturaleza que nos sugieren los idiomas que de un modo u otro son productos de diferentes horizontes naturales, humanos.
Un texto de Johann Wolfgang Goethe sugiere el por qué de esa diferencia: "Vom Eise befreit sind Strom und Bäche
Von des Frühlings holdem belebenden Blick."
Así lo recita el Fausto durante el pasea de la Pascua de Resurrección:
"Libres de hielo han quedado los arroyos,
Por la dulce mirada estimulante de la primavera."
Eliminar el hielo precisa fuerza vital masculina; y esa impresión quedó marcada en el uso del género másculino.
Der Frühling es un hombre joven sonriente, fuerte y sano;
la primavera exhibe su encanto feminino seductor.

El francés se halla en medio de estas dos diferentes percepciones del fenómeno natural: le printemps.
Casi disimula la voz masculina. El modesto le, pequeñito y discreto sugiere lo que en el "Jardin de Dieu" ha de suceder para preparar las buenas mesas durante los meses entrantes.

No sé, cómo se le anuncia en otras culturas y lenguas; pero estoy seguro que bienvenido/a está donde se presente.

friedrichmanfredpeter 27 de febrero de 2015

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