∼ Er ist's ∼
Frühling
läßt sein blaues Band
Wieder
flattern durch die Lüfte;
Süße,
wohlbekannte Düfte
Streifen
ahnungsvoll das Land.
Veilchen
träumen schon,
Wollen
balde kommen.
–
Horch,
von fern ein leiser Harfenton!
Frühling,
ja du bist's!
Dich
hab ich vernommen!
Eduard
Mörike (1828)
---
Es ella ---
Primavera
deja volar su cinta azul por los aires /
Oleadas
de dulces aromas invaden el campo /
Violetas
ya están soñando, deseando brotar /
--
¡Escúchalo, un suave sonido de mandolina! /
¡Primavera,
sí... eres tu; a ti te he percibido!
/
Eduard
Mörike (1828)
En
Andalucía llega antes que en el centro de Europa. Su entrada es
suave, dulce, femenina; es LA
primavera. El idioma
alemán describe esa entrada con voz masculina: DER
Frühling. Aquí
también encontramos esa diferente percepción de la naturaleza que
nos sugieren los idiomas que de un modo u otro son productos de
diferentes horizontes naturales, humanos.
Un
texto de Johann Wolfgang Goethe sugiere el por qué de esa
diferencia: "Vom Eise befreit sind Strom und Bäche
Von
des Frühlings holdem belebenden Blick."
Así
lo recita el Fausto durante el pasea de la Pascua de Resurrección:
"Libres
de hielo han quedado los arroyos,
Por
la dulce mirada estimulante de la primavera."
Eliminar
el hielo precisa fuerza vital masculina; y esa impresión quedó
marcada en el uso del género másculino.
Der
Frühling es un
hombre joven sonriente, fuerte y sano;
la
primavera exhibe su
encanto feminino seductor.
El
francés se halla en medio de estas dos diferentes percepciones del
fenómeno natural: le
printemps.
Casi
disimula la voz masculina. El modesto le, pequeñito y discreto sugiere lo que en el "Jardin de Dieu"
ha de suceder para preparar las buenas mesas durante los meses
entrantes.
No
sé, cómo se le anuncia en otras culturas y lenguas; pero estoy
seguro que bienvenido/a está donde se presente.
friedrichmanfredpeter
27 de febrero de 2015
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