lunes, 23 de septiembre de 2013

Los alemanes tienen que entender

"Los alemanes tienen que entender que los "griegos no son malos alemanes", son otra cultura."

Respuesta de un joven empresario griego a la pregunta del periodista alemán, por qué Grecia no logra salir de la crisis, a pesar de la ayuda multimillonaria, ayuda que continuará,
¿a perpetuidad?

Ulises, cuenta la Odisea, logra poner ciego al gigante perseguidor, salvando la vida después de alimentar a los compañeros a costo del ogro.
Y cuando aquel exigió justificación, Ulises a la deriva, escapándose de la ira del Polifemo, le increpó:
–¡Somos helenos, gente civilizada, tú no eres más que un bruto bárbaro!

"Otra cultura" dice el joven griego y se refiere a las cuentas sobre papel ¿mojado?
"Otra cultura" justifica también, que no se encuentre a ningún griego entre los labradores del campo. Es privilegio de bárbaros, albaneses y búlgaros, doblar la espalda bajo el sol ardiente, mientras helenos en paro contemplan el espejo azul del mar y meditan sobre no sé qué solución a sus problemas.

Y cuando el estado le llama, se presenta Ulises moderno en paro al Polifemo moderno, para ver cómo le puede dejar ciego, haciéndole útil para su proyecto personal.
Ocurre que en esta "cultura", el estado no es moderno, es personalizado. Es una especie de Polifemo, menos asqueroso naturalmente. El estado tiene un nombre propio, fuma, toma café, bebe vino, y acepta propinas.  
Los bárbaros que somos, admiramos la viva inteligencia del Ulises moderno, quien anda bien previsto con  tres o cuatro soluciones de cualquier problema que le acosa.
Y por eso, nunca se equivoca, porque su cultura es "navegar entre varias verdades", como hizo Ulises en el mar Egeo.
A Polifemo no se le engaña, se le ciega, se le hace mirar para otro lado, y ya está. Y si no hay otro remedio, se le compra.
Es legítimo y es arte que funcionaba durante siglos, hasta que llegasen estos bárbaros a exigir cuentas limpias, matemáticas simples, sin "cultura" digamos.

Admite el empresario Marco Veremis, que el dinero de Europa ha servido para algo, aumentando el consumo y multiplicando los servicios del estado. Se vivía bien bajo el Olimpo.
Ahora, por primera vez, crece el sector privado, y nace un tímido grupo empresarial de industriales.
Parece que Grecia debido a la crisis comienza a desarrollar estructuras modernas y empieza a parecerse a los demás europeos.
Todos deseamos que Ulises, el navegante perdido entre provecho y utopías, encuentre finalmente su Itaca, donde le está esperando entre otros la señora Merkel. Ya Penelope se jubiló.
Final feliz: de la "cultura a la barbarie".

friedrichmp 23 de sept. 13

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