miércoles, 6 de agosto de 2008

El Mito de Prusia (18): Sermón contra el dinero puerco

Seiscientos habitantes viven en el pueblo de Hassleben que se encuentra en la Uckermark, región de Brandemburgo. Durante los tiempos de la RDA existía aquí  el mayor criadero de cerdos conocido, con doscientosmil cabezas. Después de la unificación del país fue cerrado por intolerable. Pero ahora, un pudiente inversor holandés pretende reiniciar la cría de cerdos con ochentaycincomil animales y tresmil de ellos serán sacrificados semanalmente.

Los habitantes han formado un frente común contra esta iniciativa porque no quieren tolerar de nuevo la mastodóntica instalación y sus efectos sobre toda la comarca. Han recibido el apoyo de numerosos personajes. Uno de ellos es el filósofo Peter Sloterdijk. Desde la cercana ciudad de Templin se ha presentado el pastor protestante Horst Kasner. Su sermón ha sido publicado y se encuentra expuesto en la pequeña capilla de la aldea, que llaman “la Verde” con cierto tono irónico.
¿Qué dice el pastor Kasner que sea digno de ser oido, leido y traducido al español?
“En el olvido del pasado se halla nuestro futuro -  esa sentencia podría ser el lema de nuestro tiempo. - ¡No pienses en lo que era antes, no te ocupes de lo que otros han pensado antes de nosotros! ¡No te preocupes por lo que ellos apreciaban o en lo que creían y que para ellos era sagrado! ¡Olvídalo! No tiene importancia. ¡Mira adelante y no atrás! Porque queremos progresar y sólo eso importa. ¡No te inquietes por lo que dicen los que son de ayer cuando hablan de valores y de moral y del respeto a la vida. Lo que cuenta, es el dinero. ¡hazlo, acumúlalo, el dinero  puerco!
Y el consejo para consumidores: ¡Comprar, comprar y comprar barrato y siempre más de lo que necesitas! El hombre consumidor piensa como el mercado lo exige. Así nos lo machacan para dejar la reflexión a un lado. Todo es mercado, también la naturaleza. Por eso, ¡libérate de prejuicios morales! Todo tiene su precio.
Sin embargo, ¿a qué renunciamos y qué perdemos cuando así sin escrúpulos vamos hacia el puro rendimiento? --- Renunciamos a la dignidad humana y al respeto hacia la vida. Esto es el precio, un precio muy elevado porque al pagarlo renunciamos a nuestro propio ser, a nosotros mismos. Y por eso debemos recordar los valores originales de nuestra cultura y religión.
¿Cómo era eso antes, cuando los hombres comían carne? Cada comida era un evento especial, cuando era sacrificado un animal para nuestro alimento, y fue casi un acto sagrado. Se invocaba a la divinidad, porque el hombre tenía presente que su vida vive de otras vidas y estas también tenían derecho a la existencia.  Por eso los animales no eran matados sin contemplación y nunca en masa porque ganado, pollo o pescado no eran simples productos masificados. Se les apreciaba como valioso alimento y por eso era caro comer carne. Los animales se criaban y se les daba vida de acuerdo a sus necesidades específicas, vidas dignas y tratos con respeto porque son seres vivos, emparentados con nosotros.
Hoy, la producción masificada, la producción de animales, es producción de carne barata, nada más. Fábricas para la producción de carne, barbarie pura, en comparación con nuestra tradición cultural. Porque los animales no se pueden criar industrialmente; son engendrados y criados tal como los humanos. El animal no es cosa, es un ser vivo al que corresponde respeto. El que eso se lo niega pierde su propia dignidad. La Biblia nos enseña esa verdad original de la creación, cuando resalta cómo fueron creados los animales y el hombre  en el mismo día, y a ambos comunmente se refiere cuando dice: “Y Dios los bendecía”. Y eso significa, que cuando el hombre retira esa bendición a los animales que le son confiados, él mismo se priva de la bendición divina. La industria que convierte animales en carne no sólo es indigna hacia los animales, es indigna del hombre quien lo promueve.
Y eso tiene consecuencias:  Mucho se discute, si la producción industrial de animales es negativa o no para el medio ambiente. Indiscutiblemente a largo plazo esa industria traerá consecuencias negativas para el hombre. Ya empezó en la cabeza por perder los escrúpulos y conceptos como humanos, porque se consume la carne y se olvida el animal. Y cuando las naves industriales se levanten aquí de nuevo, eso se considerará como algo normal. Pues ya ha sido aprobado oficialmente. Y lo que pasa con los animales en estos “módulos”, la tortura que sufren, no debe interesarnos, porque se nos dice que todo está bajo control. Mientras tanto, un cerdo tiene que contentarse con un espacio de dos metros cuadrados, sin jamás ver la luz del sol y nunca respira aire natural. En realidad nunca vive, sólo existe para producir carne. Y finalmente se trata de carne industrial, no es la misma que la carne natural. Es de peor calidad y menos apta para la salud humana. Por eso deberíamos comer menos carne, pero de mejor calidad. Nos costaría más, pero también nos daría más.
Al final, una profecía: Dentro de 10 a veinte años, tales cárceles para animales como el presente proyecto, no serán permitidos en Alemania, porque el daño que causan nos habrá enseñado, aprenderemos la lección. Pero mejor sería, ya que eso lo prevemos, reflexionar y actuar mejor, cambiar nuestras costumbres y renunciar a ese trato inhumano a las criaturas que son nuestras”.
El pastor Horst Kasner es el padre de la actual canciller alemana Angela Merkel.El sermón fue publicado en Cicero 9/2008, p.50.

Responsable de la traducción:

Manfred, 8/2008

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