El elogio de los
lobos
Hans Magnus
Enzensberger
¿Se comerá el buitre a la
flor de nomeolvides?
¿qué queréis que haga el
chacal?¿cambiar su pelaje?
¿ y el lobo? ¿arrancarse
los colmillos, él solito?
¿Qué es lo que no os
gusta de los políticos, de los papas?
Mientras miráis igual a los
tontos en la televisión.
¡todo allí es mentira!
¿Quién ha bordado el
pantalón del general con el color de sangre?
¿Quién sirve el pollo
asado al ricachón especulador?
¿Quién se pone la
condecoración, muy orgulloso, frente a su ombligo?
¿Quién agarra las
propinas, la platica, el centavito, callado?
Muchos atracados hay,
pocos ladrones.
¿Quién los aplaude?
¿Quién se deja condecorar
y ama la mentira?
¡Miraos al espejo,
cobardes! teméis la verdad;
no queréis aprender y pensar,
dejáis que lo hagan los lobos.
¡Colocaos vuestro precioso
aro en las narices
hecho de la mentira más
tonta de consuelo más imbécil!
¡Merecéis toda estafa!
¡Alabados sean los
atracadores!
Los invitasteis para ser
violados, tirados sobre vuestra cama cómoda.
Obedientes gimiendo, deseando
ser devorados .
¡NO cambiaréis este
mundo!
¡Vosotros no!
“Ihr ändert die Welt
nicht.”
Este poema satírico de
Enzensberger presta vigencia completa en el momento actual, un momento
histórico de confusiones. El elogio irónico a los lobos contiene, implícita, la
condena de corderos.
Los corderos no son
inocentes: tirados sobre sus cómodas camas esperan ansiosos la violación. No es
un acto de masoquismo erótico, es un síntoma de renuncia a pensar y a aprender.
Merecen ser estafados, opina drásticamente el poeta. Se alimentan del pan
diario que es el televisor prendido y la disposición de escuchar mentiras que
además son tonterías absolutas; pero que les sirven de consuelo. Ante la
soberbia del poder, lo que más los seduce son las condecoraciones que con gusto
se colocan delante del ombligo para que todos las vean.
Un régimen como el de
Corea del Norte es casi la encarnación de esta parábola literaria.
La estupidez más sonora e
inverosímil recibe aplauso frenético.
Los lobos KIM se comen un país entero y son invitados a más y más.
Un pueblo enajenado que vive
con un aro en la nariz, igual que el aro de los búfalos, animales que tiran
estoicamente de los arados. Obedientes,
gimiendo de placer, presentan un espectáculo inverosímil de pérdida de
dignidad humana.
¿Qué más da entonces
elogiar a los lobos? Los corderos ya dejaron de ser respetables desde hace mucho
tiempo. El futuro imaginado de Orwell, ya llegó. Tanto Orwell, como Enzensberger faltan al respeto y a la compasión de seres humanos
violados porque gozan con la violación.
Sólo en apariencia se
parecen a humanos, son antropoides primitivos que contrarios a los primarios
rebosan de conocimientos técnicos, dispuestos a castigar a cualquier
manifestación de libertad o de individualismo.
Realmente es chocante que
al inicio del siglo XXI observamos criaturas tan alejadas de sí mismas que el
término alienación filosófico queda corto. ¿Cuántas cosas más son posibles para
que el humano deja de ser quién es?
Pensábamos que en el nazismo ya se había cumplido lo
que era posible imaginar para transformar al ser humano. Nos equivocamos, aún
se puede crear más submundo sobre la base de la manipulación, todo parece posible;
los corderos no cuentan ya, la realidad es lobuna.friedrichmanfredpeter abril 2017
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