miércoles, 19 de abril de 2017

El elogio de los lobos

El elogio de los lobos
Hans Magnus Enzensberger

¿Se comerá el buitre a la flor de nomeolvides?
¿qué queréis que haga el chacal?¿cambiar su pelaje?
¿ y el lobo? ¿arrancarse los colmillos, él solito?
¿Qué es lo que no os gusta de los políticos, de los papas?
Mientras miráis igual a los tontos en la televisión.
¡todo allí es mentira!

¿Quién ha bordado el pantalón del general con el color de sangre?
¿Quién sirve el pollo asado al ricachón especulador?
¿Quién se pone la condecoración, muy orgulloso, frente a su ombligo?
¿Quién agarra las propinas, la platica, el centavito, callado?
Muchos atracados hay, pocos ladrones.
¿Quién los aplaude?
¿Quién se deja condecorar y ama la mentira?

¡Miraos al espejo, cobardes! teméis la verdad;
no queréis aprender y pensar, dejáis que lo hagan los lobos.
¡Colocaos vuestro precioso aro en las narices
hecho de la mentira más tonta de consuelo más imbécil!
¡Merecéis toda estafa!

¡Alabados sean los atracadores!
Los invitasteis para ser violados, tirados sobre vuestra cama cómoda.
Obedientes gimiendo, deseando ser devorados .
¡NO cambiaréis este mundo!
¡Vosotros no!
“Ihr ändert die Welt nicht.”


Este poema satírico de Enzensberger presta vigencia completa en el momento actual, un momento histórico de confusiones. El elogio irónico a los lobos contiene, implícita, la condena de corderos.
Los corderos no son inocentes: tirados sobre sus cómodas camas esperan ansiosos la violación. No es un acto de masoquismo erótico, es un síntoma de renuncia a pensar y a aprender. Merecen ser estafados, opina drásticamente el poeta. Se alimentan del pan diario que es el televisor prendido y la disposición de escuchar mentiras que además son tonterías absolutas; pero que les sirven de consuelo. Ante la soberbia del poder, lo que más los seduce son las condecoraciones que con gusto se colocan delante del ombligo para que todos las vean.
Un régimen como el de Corea del Norte es casi la encarnación de esta parábola literaria.
La estupidez más sonora e inverosímil recibe aplauso frenético.  Los lobos KIM se comen un país entero y son invitados a más y más.
Un pueblo enajenado que vive con un aro en la nariz, igual que el aro de los búfalos, animales que tiran estoicamente de los arados.  Obedientes, gimiendo de placer, presentan un espectáculo inverosímil de pérdida de dignidad  humana.
¿Qué más da entonces elogiar a los lobos? Los corderos ya dejaron de ser respetables desde hace mucho tiempo. El futuro imaginado de Orwell, ya llegó. Tanto Orwell, como  Enzensberger  faltan al respeto y a la compasión de seres humanos violados porque gozan con la violación.
Sólo en apariencia se parecen a humanos, son antropoides primitivos que contrarios a los primarios rebosan de conocimientos técnicos, dispuestos a castigar a cualquier manifestación de libertad o de individualismo.
Realmente es chocante que al inicio del siglo XXI observamos criaturas tan alejadas de sí mismas que el término alienación filosófico queda corto. ¿Cuántas cosas más son posibles para que el humano deja de ser quién es?
Pensábamos que en el nazismo ya se había cumplido lo que era posible imaginar para transformar al ser humano. Nos equivocamos, aún se puede crear más submundo sobre la base de la manipulación, todo parece posible; los corderos no cuentan ya, la realidad es lobuna.



friedrichmanfredpeter  abril  2017

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