viernes, 9 de septiembre de 2016

¿Vencerán los asustados, los entusiasmados, los que pretenden el relevo?

¿Vencerán
                  los asustados
                                       los entusiasmados
                  los que pretenden el relevo?

Las victorias electorales siempre son precedidas por victorias culturales, eso nos enseñó el italiano Antonio Gramsci. Un año antes de las elecciones presidenciales, la izquierda parece estar en muy mala posición. Y esa derrota anunciada antes que nada es debida a sus ideas que ya no orientan el debate político. Liberalismo económico, conservatismo de la sociedad, la preocupación por la seguridad.... esos temas propios de las derechas parecen imponerse, y eso a veces hasta la exageración debido a la presión ejercida por la extrema derecha. La confrontación electoral comenzará pronto, pero la batalla por los valores ya está bien enfocada< Le Monde  06.09.2016 [1]





              --manifestación de populistas alemanes antieuropeos --

Un fantasma recorre a Europa de sur a norte, de este a oeste, desde bares y tabernas salió lo que invade todo espacio público, ocupando escenarios que hace poco fueron reservas de política oficial, asociaciones y gremios competentes y selectos, es el  POPULISMO DEMAGÓGICO. Surgido de miedos indefinidos  ha logrado asustar a parlamentarios y gobiernos, su misionismo vociferante ha tomado las calles y se pasó a los medios de publicación logrando constituir partidos de "alternativa" donde se mezclan voces de izquierda y de derecha, se multiplican y exhiben una sola "idea", cultivando el rechazo a inovación y novedad, rechazo al inmigrante, rechazo al razonamiento sencillo, al compromiso, ignorando  paciencia y tolerancia como virtudes de la labor pública. El hablar directo y mal educado se ha hecho sinónimo de verdades auténticas. Los discursos, radiantes de agresividad y manifestando odio al que no piensa igual.  El populista asustado se toma a si mismo como medida para todo; se ve rodeado de peligros y los aumenta en su fantasía a catástrofes  que se aproximan y de los que él sabe cuidarse y pretende proteger a los demás. Es un "patriota" al revés, no está en pro de un ideal, está en contra de todo que le infunde miedo y pide que que el estado, sus representantes sean otros, no aquellos que "nada hacen" para crear confianza y "seguridad", esa palabra mágica le causa convulsiones sentimentales, las pronuncia con tono tembloroso.
"¿Quién me protege, quén me socorre, contra esa invasión de problemas que me causan terror?"
Pide lo imposible, que el mundo sea otro y que "sus políticos" le liberen de responsabilidad y dolor, y que todo sea distinto, pero sin cambiar la propia comodidad. En el fondo, su filosofía carece de experiencias, no sabe ni se acuerda cómo fue antes, antes de este tiempo cuando todo le parece malo y detestable, desde la corrupción al lenguaje distante e incomprendido de los de arriba. El fantasma le sugiere que es víctima de una conspiración, que el mundo sería distinto si no fuera gobernado por "ellos" y que habría que buscar la alternativa política, económica, social, personal.
"La Merkel" ¡culpable de todo!
De crisis y de falta de confianza se habla sin parar y sin precisar nada concreto temiendo a un enemigo casi invisible, como a una nube negra que de lejos amenaza la linda flor. 


Jardin florido rodeado de  insectos voraces y de lluvias tenaces, esta es la metáfora que describe a una Europa asustada, la imagen de los populistas.
El fantasma tiene muchos nombres: "Podemos(España) y Frente Nacional(Francia), Brexit(Gran Bretaña), Alternativa para Alemania (AFD) y Partido Liberal Austriaco(FPÖ); ya se ha colado dentro de gobiernos constituidos por la vía democrática: los gobiernos actuales de Polonia, Chequia  y Hungría están gobernados por el fantasma y la tendencia es crecer  más y más en cada elección consigue nuevos adeptos. El mayor peligro está en eso, adaptarse a los nuevos miedos, recetar remedios  contra una enfermedad imaginaria.
¿Hasta dónde llegará eso?
Ahora no encuentro respuesta.

friedrichmanfredpeter    septiembre 2016




[1] Les victoires électorales sont toujours précédées de victoires culturelles, nous enseignait le philosophe italien Antonio Gramsci. À moins d'un an de la présidentielle, la gauche semble en bien mauvaise posture. Et si sa défaite annoncée était avant tout celle de ses idées, qui n'irriguent plus le débat politique ? Le libéralisme économique, le conservatisme sociétal, la tentation sécuritaire... les thèmes de prédilection de la droite semblent avoir pris le dessus, parfois jusque dans la surenchère, sous la pression de l'extrême droite. L'empoignade électorale de 2017 s'apprête à commencer. Mais la bataille des valeurs, elle, est déjà bien engagée.  Le Monde  06-09-2016

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