Bertold Brecht: Canción del Río Moldau, incluidos en su
drama „El Bravo Soldado Schwejk“.
„En el río Moldau ruedan las piedras.
Tres Emperadores hay enterrados en
Praga.
Ni grandeza ni miseria son duraderas.
Después de las noches el alba vendrá.
Cambian los tiempos. Los grandes
proyectos
de los que mandan, se acabarán.
Aunque anden como gallos sangrientos,
los tiempos cambian y no pararán.
En el río Moldau ruedan las piedras.
Tres Emperadores hay enterrados en
Praga.
Ni grandeza ni miseria son duraderas.
Después de las noches el día vendrá.“[1]
Dice un sabio refrán que
el viajero sólo encuentra lo que lleva consigo. El que nada lleva, pues nada
podrá encontrar. Se tendrá que contentar con miradas fugaces a las fachadas
arquitectónicas y registrar los pequeños e insignificantes incidentes que
forman parte de cada viaje.
Con gran consternación observo que las viejas
ciudades europeas, ahora en el S XXI, cambian sus caras y se convierten en
escenarios muertos bajo la avalancha de un turismo voráz que les consume la
esencia.
¿Cómo rescatar el VIAJERO (interesado e informado)
entre ese gran turismo en masa, desbocado
y vacío de contenido?
A Praga, por
ejemplo, le está pasando esto.
Para captar algo de la poderosa
magia de ese lugar hay que cruzar el puente Carlos IV, (Karluv Most en checo,
Karlsbrücke en alemán) construido en el siglo XIV tenga el Viajero presente
estos versos de Brecht, de mayor fuerza
sugestiva en el original alemán, por
supuesto.
Lenguas, culturas y
confesiones se han cruzado aquí en este maravilloso lugar. El checo, el alemán
y el latín, sin olvidar el hebreo de los rabinos en las sinagogas. De todo ello
está hecha la piedra y la arquitectura en esta maravillosa ciudad, capital actualmente
de la República Checa y , en el pasado, ciudad principal del histórico Reino de
Bohemia, parte - durante mil años- del Sacro Imperio o de la Monarquía Austrohúngara.
Pero hay que usar la fantasía para verlo porque está escondido detrás de las
fachadas. Fantasía y sensibilidad deben formar parte del equipaje de un Viajero.
Equipado así, el paseo por
la ciudad vieja ( Stare Mesto), a través de sus callejuelas suntuosas y
sombrías, puede significar encuentros misteriosos. Antes de adentrarse en ella
dirija usted Viajero la mirada al otro lado del rio Moldau:
„Y ahora vio el castillo, como dibujado en el aire claro y
transparente, más marcado todavía por la nieve que todo lo cubrió. Correspondió
exactamente a lo que había esperado. No era un castillo medioeval ni palacio
sino un conjunto de edificios. K. vio una sola torre y no supo distinguir si
era de una iglesia o si pertenecía a otra edificación. Muchos grajos la
rodearon volando.“
Así describe Kafka el castillo en su novela „Das Schloss“.
Desde este castillo –según
la narración- se ejerce un poder anónimo
y aplastante sobre los ciudadanos que perdieron todo: libertad y dignidad
humana y que están atrapados sin salida y condenados a vivir sin voluntad
propia.
El Castillo que Kafka tuvo en mente cuando escribió estas líneas?,
podría ser el mismo que el Viajero observará abajo, ahí
, desde el puente de Carlos IV. ----- Un misterio -----
Una vez se acerque usted y
entre en aquella edificación, recuerde a los emperadores que Brecht mencionó en
su poema y comprenderá el significado de la metáfora "los gallos sangrientos".
Aquí comenzaría hace casi 400 años uno de los
peores desastres históricos para toda Europa Central: La Guerra de los Treinta
Años que llevó la población al borde de la exterminación. Cuando en 1648 tocaron
las campanas de la paz, en Praga seguían todavía los combates.
Finalmente dos de cada tres habitantes
perecieron, víctimas de la violencia, del hambre, de la peste. Nunca
antes Europa había visto una catástrofe similar.
En Praga se inició el
baile sangriento. La escena era ridícula: La "defenestración" de los
emisarios del emperador por representantes de la nobleza bohemia; fueron
tirados por la ventana del palacio y cayeron suavemente, hundiéndose en
estiercol y cloaca del castillo. Los actores de la comedia pagaron con sus
vidas aquel vituperio de la autoridad imperial, y la República Checa encontró
su mito de fundación. Porque desde entonces la etnia predominante en la antigua
Bohemia, los checos, se sienten víctimas de voluntades ajenas, de la poderosa y
predominante austro - alemana; cultivan un resentimiento histórico que
actualmente se trasmuta en antieuropeo.
Aquí, en el mismo castillo, encuentra usted también
huellas personales del escritor Kafka.
En una de las pequeñas casitas de la „callecita dorada“ (zlata ulicka) escribió
muchos textos en completa soledad.
- --¿Sería posible hoy?
Masas de turistas pasan empujándose por la estrecha puertecita, miradas de
curiosos, miradas perdidas entre cuatro paredes vacías. ¿Cuántos de ellos serán lectores del gran
escritor?
Más misterios parecen
acercarse. ¡Escuche usted Viajero, por favor, la voz que los narra en lengua alemana! Es la
voz de Franz Kafka, uno de los más importantes escritores del siglo pasado, siempre
actual y moderno. Nació detrás de alguna de las paredes de las estrechas
callejuelas en la ciudad vieja donde tremendas y terribles cosas parece que sucedían
diariamente:
„Cuando Gregor Samsa despertó en la mañana después de haber dormido mal
debido a los sueños inquietantes, se vió transformado en un insecto inmenso.
Estuvo tendido boca arriba sobre su espalda formada por un duro caparazón.“
Al
levantar la cabeza Gregor Samsa pudo observar que tenía numerosas piernecitas
pequeñas que se movían.
„¿Qué me
ha pasado? pensaba. Esto no es un sueño.“
¿Cuántos misterios más encierra esta ciudad? se
pregunta el visitante Viajero.
„Todos los misterios de la
tierra“, podría haber contestado el autor de este cuento, „yo descubro uno trás
otro, en mis cuentos, en mis novelas.“
Efectivamente, los textos de este escritor nacieron
en Praga, pero alcanzan a toda la humanidad.
Sin embargo tuvieron que pasar muchos años hasta los lectores se enteraran.
Muchas calamidades: Los nazi despreciaron al autor
Franz Kafka porque era judío... los nacionalistas checos porque escribía en
alemán... los comunistas checos desterraron su obra por considerarla decadente
y pesimista. Hasta hace poco en Praga existía
siquiera una placa conmemorativa. Kafka no existió largos años para su
ciudad natal.
Sin embargo, hasta hoy le escriben lectores del
mundo entero y el cartero entrega las cartas, las deposita en su tumba que se
encuentra en el cementerio judío nuevo, fuera de la ciudad.
¿Recibirán respuesta? - Otro misterio de Praga.
¡Continúe el camino por
aquí mismo ya que está por fín en la ciudad vieja Viajero!, Porque caminando
entre las piedras de este mismo viejo cementerio judío podría aparecer el
GOLEM. ---(¿Qué es esto? )
Cuenta la leyenda que en tiempos medievales vivía
un rabino de nombre Loew que intentó la creación de un hombre artificial de
barro y de arcilla, imitando así la creación del primer hombre como lo narra el
texto de la Torá, la Biblia ( el libro de Genesis). Con fórmulas mágicas y
secretas el rabino logró infundirle vida a su criatura. Pero el Golem, en lugar
de ponerse a su servicio, se liberó de su creador transformándose en un ser
destructivo que provocó la peste negra sobre la ciudad. El mito del Golem no
abandonaría más las artes, la literatura y, sobre todo, el cine.
Y - al mismo tiempo – se
lee entrelíneas otro „mito“ cruel y persistente, propio del antijudaismo o antisemitismo: Había sido un rabino quien había fabricado
aquella malvada criatura. Una vez más parecía así probada la culpa de los
judíos en los desastres colectivos.
Muchos judíos de Praga no
sobrevivieron a la persecución de los Nazi alemanes. Era la penúltima, y la más
terrible de las plagas que cayeron sobre la misteriosa ciudad junto al rio
Moldau.
No abandone el barrio
viejo sin antes dirigirse a la casa donde nació otro escritor, periodista y
reportero, el Padre de todos los reporteros: Egon Erwin Kisch. Si quieren saber
lo que ha pasado dentro de este viejo barrio, quienes eran los que ahí vivieron,
trabajaron y murieron es él, quien lo sabe todo y mucho más. Su „Mercado de las Sensaciones“, publicado
en 1912 descubre los secretos íntimos del viejo barrio.
En una de los reportajes presenta la entrevista con
la madre de un joven que ha sido detenido por atraco y asesinato. La escena es
dramática. La madre del asesino, vieja y
enferma, se declara responsable del asesinato que ha cometido el hijo. Durante
toda su pobre vida de criada ha sido maltratada, violada y durante todo este
tiempo había soñado, cómo vengar las humillaciones sufridas; Y ahora ella
"confiesa": „El muchacho es inocente, soy yo quien ha matado, soy
asesina.“
-El Reportero Veloz- así suele llamarse Kisch ¿qué
hará, cómo resolverá esta situación?
¡Deje eso atrás! Es otro
misterio de Praga.
Hay mucho que ver en Praga
y - tal vez- más todavía hay para volverlo a ver. El libro de nuestra vida
donde reunimos las experiencias nunca se
cierra mientras existamos.
Encontré un breve texto de
un escritor que nació en Praga. Es el poeta más importante del siglo pasado en
lengua alemana, Rainer Maria Rilke. Variando unas pocas palabras, parece que se
hubiera dirigido al Viajero que llega a su ciudad natal:
„Por ser ud. tan joven, y por hallarse ud. aún tan lejos de
todo comienzo, yo querría rogarle que tenga paciencia frente a todo cuanto en
su corazón no esté todavía resuelto y procure encariñarse con los problemas
mismos, como si fuesen habitaciones cerradas. No busque de momento las
soluciones que necesita. Tal vez, sin advertirlo siquiera, llegue así a la
solución anhelada y se encuentre con que ya la está viviendo también“.(Cartas a un Joven Poeta)
Finalice su recorrido recordando al personaje del
famoso Soldado Schwejk, creado por el novelista checo de Praga, Slavomir Hasek.
Recuerde esta escena: Schwejk que no quiere ser
soldado y odia la guerra, se despide de los amigos desde la ventanita del tren militar
que va camino al frente; sus amigos en el andén están tristes y hay lágrimas.
Schwejk sonriente: „¡Después de la guerra, a las cinco!“,
exclama y de pronto todos se ponen
contentos, alegres. ¿Por qué?
Todos los días, a las cinco de la tarde, se habían
encontrado en el
U Flecu, famosa cervecería de Praga, y así, después
de la guerra, lo volverán a hacer; entonces...
¿por qué llorar?
Y si bien en Bohemia no se inventó la cerveza, sí
recibió aquí su máxima calidad: Pilsen es la segunda ciudad del país y en el U
Flecu se pide "Pivo", que es cerveza en checo.
Vaya usted al anochecer hasta allí y brinde
Viajero¡Salud!
„En el río Moldau ruedan las piedras.
Tres Emperadores hay enterrados en
Praga.
Grandeza ni miseria son duraderas.
Después de las noches el día vendrá.“
¡Feliz encuentro con Praga,
Viajero anónimo!
fmp - aoe
diciembre de 2015
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