Y le dio una bastonada delante de toda la corte hasta que la sangre brotó de las nalgas. El príncipe no lloraba mientras su hermana pidió clemencia - inutilmente.
–¡Fritz! – decía el padre – ¡no tienes honor! Si me hubiesen tratado a mí como yo a ti te trato, me habría escapado.
Y años después:
– Fritz – decía el padre – es prófugo y debe morir igual que su amigo Katte quien le ayudó a huir.
Sólo los ruegos de los generales y la humillante sumisión del hijo le salvaron la vida. Sin embargo tuvo que contemplar la ejecución de su amigo Katte; escena de horror en la fortaleza
de Küstrin.
Hoy, al Rey de Prusia, Friedrich II der Grosze, Federico el Grande, todos lo conocemos:
- al rey torturado por su padre despótico durante la infancia y juventud,
- al rey que suprimió la tortura en el primer decreto de su mandato,
- al rey afrancesado, amigo de Voltaire, que prefería hablar francés y dejó una obra voluminosa escrita en esta lengua,
- al rey que quiso ser filósofo en vez de dirigir el estado más atrasado en el Imperio Alemán,
- al rey que dictó tolerancia religiosa en sus territorios, práctica que atrajo a protestantes franceses y a jesuitas españoles, p. ej.
- al rey que dictó la igualdad de todos ante la ley y quien aguantó perder un proceso contra un molinero quien le robaba el descanso silencioso en Sanssouci,
- al rey que obligaba a los campesinos a cultivar la papa, más rentable en los pobres suelos de Brandemburgo que el trigo y alimento ideal para combatir la hambruna tradicional y para nutrir a sus soldados. Demasiados y siempre hambrientos. Debido a esa iniciativa toda Deutschland se hacía “Kartoffelland”, país de la papa, para burla de los vecinos,
- al rey que parecía conocer por sus nombres a miles de personas y se presentó en las circunstancias más extrañas al pueblo, causa de innumerables anécdotas,
- al rey que tocaba la flauta, compositor de una obra musical importante. Entre ello las notas de la Marcha Real, himno actual de España. --- Pocos saben eso,
- al rey que odiaba la guerra, pero utilizó el ejército heredado de su padre como instrumento de expansión,
- al rey que fracasó en aventuras militares, pero ganó sus guerras para hacer de Prusia el estado dominante en Alemania. Le asistió la suerte, el proverbial “Milagro de Brandemburgo” y su principio ante toda adversidad:”Coûte que coûte!”
- al rey cuyo retrato decora los despachos de los más diversos dirigentes políticos en Alemania --- pasado y presente.
- al rey más odiado y venerado cuyo leyenda es inseparable de la historia de Alemania hasta la derrota en 1945,
- al rey cuyo obra fue disuelta definitivamente por voluntad de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. El Tratado de Potsdam anula la existencia del estado de Prusia. Cuatro provincias ahora son parte de Polonia y de Rusia respectivamente; y rusa es ahora la ciudad donde fue coronado Friedrich, la ciudad de Koenigsberg.
- al rey si hoy lo buscamos, lo encontramos enterrado en la terraza del palacete de Sanssouci en medio de sus perros galgos. Esa fue su voluntad testamentaria.
Quién sabe escuchar el silencio, a veces oye voces:
“Groszer König, steig hernieder, regiere deine Preuszen wieder!” “Majesté, descendez un instant de votre cheval. Écoutez les voix de ceux qui vous adorent!”
¿En qué idioma responderá? si responde.
Yo prefiero la carta escrita, y aquí está:
Alter Fritz,
Me atrevo a comenzar así, porque así te han conocido la gente y así te recuerdan, viejo, de baja estatura, apoyado sobre el bastón para disimular los estragos de la gota, enfermedad de los reyes. Siempre con el tricornio puesto, que solamente una vez te quitaste para agradecer los
sacrificios de la gente durante las guerras que tú iniciaste y que causaron más de doscientosmil muertos militares que sumados con los civiles fueron diez porcientos de la población de tu reino. Tremenda sangría, que trataste de recompensar con una política de las puertas abiertas a la inmigración.
Muy pronto, la ciudad de Berlín se hacía la más pintoresca de Europa, multicultural y multiétnica. ¿Y si vinieran los turcos? te preguntaron. Y tu contestaste: “Les haríamos mezquitas”. ¿Fuiste visionario? La tolerancia también ha sido la base del crecimiento de la comunidad judía, que hasta su destrucción por los nazi era la más importante de Europa y que ahora comienza de nuevo a serlo porque su inmigración es un hecho importante e impresionante teniendo en cuenta lo
que les ha pasado aquí. Parece que todavía te creen, alter Fritz, y se fian de ti y de tu fama.
Los republicanos y demócratas todavía nos enfadamos cuando pensamos que respetaste los privilegios de la casta de los aristócratas terratenientes, los Junker. Los nececitaste, dicen los historiadores. Este atraso social lo hemos pagado caro, todos los alemanes. Nuestras revoluciones fueron incompletas, porque siempre respetábamos lo irrespetable.
Sin embargo, a ti te respetamos y eso a pesar de tus errores. Pronto cumplirás el tresciento aniversartio de tu nacimiento. No lo celebramos, pero pensamos: ¿Qué pasaría si descendieras del caballo? ¡Danos un concejo! ¿cómo actuar en este mundo cambiante día a día? y donde Alemania hoy es como Prusia entonces, una pieza más entre otras, más importantes, y metida entre el
juego de intereses adversos.
Que algo quede claro: ¡No nececitamos expansión, y tus grenaderos hacen muy bien como guardia de honor a los visitantes, pero nada más! ¡Amigos en Polonia, no nos temáis!
Está claro, trescientos años después hay que redefinir la relación entre libertad y disciplina, entre derechos y obligaciones. Hay que cuestionar el “coûte que coûte”del rey y que todos llevamos dentro. Nos hace falta Europa y el “savoir vivre” de nuestros vecinos. “Soy el primer servidor del estado” dijiste, principio que nos dejaste en herencia y falta nos hace.
No te queremos como Fridericus Rex, pero te admiramos como alter Fritz, porque Fritz es Friedrich y Fritz es un simpático apodo entre alemanes. Un poco nos reconocemos en ti, en tu carácter, también en tus decisiones ambíguas. Bien lo saben nuestros vecinos, los rusos, que nos llaman Fritz; y para ellos “Fritz” son todos los alemanes; y parece que son los únicos que nos
entienden.
Feliz Cumpleaños, Majestad.
friedrichmanfredpeter
diciembre de 2011
¿En qué idioma responderá? si responde.
Yo prefiero la carta escrita, y aquí está:
Alter Fritz,
Me atrevo a comenzar así, porque así te han conocido la gente y así te recuerdan, viejo, de baja estatura, apoyado sobre el bastón para disimular los estragos de la gota, enfermedad de los reyes. Siempre con el tricornio puesto, que solamente una vez te quitaste para agradecer los
sacrificios de la gente durante las guerras que tú iniciaste y que causaron más de doscientosmil muertos militares que sumados con los civiles fueron diez porcientos de la población de tu reino. Tremenda sangría, que trataste de recompensar con una política de las puertas abiertas a la inmigración.
Muy pronto, la ciudad de Berlín se hacía la más pintoresca de Europa, multicultural y multiétnica. ¿Y si vinieran los turcos? te preguntaron. Y tu contestaste: “Les haríamos mezquitas”. ¿Fuiste visionario? La tolerancia también ha sido la base del crecimiento de la comunidad judía, que hasta su destrucción por los nazi era la más importante de Europa y que ahora comienza de nuevo a serlo porque su inmigración es un hecho importante e impresionante teniendo en cuenta lo
que les ha pasado aquí. Parece que todavía te creen, alter Fritz, y se fian de ti y de tu fama.
Los republicanos y demócratas todavía nos enfadamos cuando pensamos que respetaste los privilegios de la casta de los aristócratas terratenientes, los Junker. Los nececitaste, dicen los historiadores. Este atraso social lo hemos pagado caro, todos los alemanes. Nuestras revoluciones fueron incompletas, porque siempre respetábamos lo irrespetable.
Sin embargo, a ti te respetamos y eso a pesar de tus errores. Pronto cumplirás el tresciento aniversartio de tu nacimiento. No lo celebramos, pero pensamos: ¿Qué pasaría si descendieras del caballo? ¡Danos un concejo! ¿cómo actuar en este mundo cambiante día a día? y donde Alemania hoy es como Prusia entonces, una pieza más entre otras, más importantes, y metida entre el
juego de intereses adversos.
Que algo quede claro: ¡No nececitamos expansión, y tus grenaderos hacen muy bien como guardia de honor a los visitantes, pero nada más! ¡Amigos en Polonia, no nos temáis!
Está claro, trescientos años después hay que redefinir la relación entre libertad y disciplina, entre derechos y obligaciones. Hay que cuestionar el “coûte que coûte”del rey y que todos llevamos dentro. Nos hace falta Europa y el “savoir vivre” de nuestros vecinos. “Soy el primer servidor del estado” dijiste, principio que nos dejaste en herencia y falta nos hace.
No te queremos como Fridericus Rex, pero te admiramos como alter Fritz, porque Fritz es Friedrich y Fritz es un simpático apodo entre alemanes. Un poco nos reconocemos en ti, en tu carácter, también en tus decisiones ambíguas. Bien lo saben nuestros vecinos, los rusos, que nos llaman Fritz; y para ellos “Fritz” son todos los alemanes; y parece que son los únicos que nos
entienden.
Feliz Cumpleaños, Majestad.
friedrichmanfredpeter
diciembre de 2011
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