lunes, 13 de septiembre de 2010

¿El Libertador Liberado?

¿Quién era Bolívar?






problemas de percepción
Sabemos que a todo personaje histórico le rodea un aura de leyenda y de mitificación. El Libertador es otro ser que la persona señor Simón Bolívar de origen vasco – español de ¨mal carácter”. Sin embargo, mantengo mis reservas acerca del valor documental del presente texto. Todo testimonio es también documento de la persona que lo redacta. Lo sabemos perfectamente de los casos jurídicos en actualidad. Los testigos oculares nunca son objetivos porque introducen su propia visión. Un "mal carácter" es resultado de un juicio externo y si Bolívar lo ha tenido, pues no es más que un ser humano más. Bolívar nunca ha sido "El Gigante de los Andes" tal como lo ha descrito la hagiografía nacionalista. Pero supo concentrar la actividad libertadora en un programa, en una acción y en una persona; sirvió a una causa, pero también sirvió a un grupo social que se aprovechaba y – claro está - perjudicó y olvidó a otros, tal vez a la mayoría muda y callada.
Los que estudiamos historia, nos encontramos frecuentemente ante este reto: ¿Cuál es la verdad auténtica y cuál es interpretación interesada? No podemos regresar a los hechos para comprobarlo nosotros mismos. Dependemos de lo que otros nos dicen o que nos manifiestan documentos. Algo nos lo revela la arqueología también. Por eso, toda generación debe descubrir nuevamente los hechos históricos. El libro de la historia nunca se cierra. Nuestra visión de Bolívar siempre está cargada de preocupaciones y temas de actualidad. "La Revolución Bolivariana" actual en Venezuela lo demuestra. No creo que tenga mucho que ver con el Bolívar histórico.
La historia siempre se escribe con una pluma del presente. Ha sido siempre así, los mitos se imponen a la realidad. Sin embargo, yo diferencio mito de mentira. Las mentiras históricas han servido siempre para justificar abusos del presente, son temibles y envuelven doctrinas totalitarias: fascismo y nazismo son ejemplos de esta perversión.
A tanto no ha llegado el culto bolivariano. Yo manrtengo una valoración más bien positiva de este hombre que fue un hijo de su tiempo y de las circunstancias particulares. Era un hombre de la acción y no de la reflexión y ahí están sus límites.

Manfred Peter, septiembre de 2010

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