¿Quién era Bolívar?
problemas de
percepción
Sabemos que a
todo personaje histórico le rodea un aura de leyenda y de mitificación. El
Libertador es otro ser que la persona señor Simón Bolívar de origen vasco –
español de ¨mal carácter”. Sin embargo, mantengo mis reservas acerca del valor
documental del presente texto. Todo testimonio es también documento de la
persona que lo redacta. Lo sabemos perfectamente de los casos jurídicos en
actualidad. Los testigos oculares nunca son objetivos porque introducen su propia
visión. Un "mal carácter" es resultado de un juicio externo y si
Bolívar lo ha tenido, pues no es más que un ser humano más. Bolívar nunca ha
sido "El Gigante de los Andes" tal como lo ha descrito la hagiografía
nacionalista. Pero supo concentrar la actividad libertadora en un programa, en
una acción y en una persona; sirvió a una causa, pero también sirvió a un grupo
social que se aprovechaba y – claro está - perjudicó y olvidó a otros, tal vez
a la mayoría muda y callada.
Los que
estudiamos historia, nos encontramos frecuentemente ante este reto: ¿Cuál es la
verdad auténtica y cuál es interpretación interesada? No podemos regresar a los
hechos para comprobarlo nosotros mismos. Dependemos de lo que otros nos dicen o
que nos manifiestan documentos. Algo nos lo revela la arqueología también. Por
eso, toda generación debe descubrir nuevamente los hechos históricos. El libro
de la historia nunca se cierra. Nuestra visión de Bolívar siempre está cargada
de preocupaciones y temas de actualidad. "La Revolución Bolivariana"
actual en Venezuela lo demuestra. No creo que tenga mucho que ver con el
Bolívar histórico.
La historia
siempre se escribe con una pluma del presente. Ha sido siempre así, los mitos
se imponen a la realidad. Sin embargo, yo diferencio mito de mentira. Las
mentiras históricas han servido siempre para justificar abusos del presente,
son temibles y envuelven doctrinas totalitarias: fascismo y nazismo son
ejemplos de esta perversión.
A tanto no ha
llegado el culto bolivariano. Yo manrtengo una valoración más bien positiva de
este hombre que fue un hijo de su tiempo y de las circunstancias particulares.
Era un hombre de la acción y no de la reflexión y ahí están sus límites.
Manfred Peter, septiembre de 2010
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