lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Se integran los jóvenes musulmanes?

Existe un estudio del Instituto Criminológico de Niedersachsen (Baja Sajonia – Alemania) sobre la situación de jóvenes musulmanes en la sociedad alemana. Tengo presentes algunos datos de este estudio, que son motivo de la siguiente reflexión; y hay tres preguntas principales:


¿Viven las familias de inmigrantes musulmanes principalmente de subvención estatal? – sospecha generalizada en la sociedad alemana.
¿Son los jóvenes musulmanes más violentos que los alemanes?
¿Es la práctica religiosa del islam causante de la  falta de integración cultural y social? – un hecho que se discute en toda la Unión Europea.
Han sido investigados inmigrantes de larga permanencia en Alemania, jóvenes musulmanes de la segunda y tercera generación, nacidos en Alemania.
El estudio destaca enormes diferencias entre estos  grupos con raices musulmanas: Mientras más de la mitad de las familias de orígen libanés viven subvencionados, de las familias turcas sólo es un 25%; y de iraníes y afganos no hay notable diferencia con el resto de la población alemana; es hasta menor que la cuota de familias alemanas necesitadas de ayuda social. Llama la atención el caso de los libaneses; supongo que son originalmente palestinos, provenientes de los campamentos de refugiados donde fueron alimentados durante decenios por la ayuda de las Naciones Unidas. Eso crea un hábito social dificilmente alterable.
La integración en el sistema de educación alemán presenta el mismo cuadro diferenciado: Mientras iraníes y afganos participan en la misma medida que los alemanes en educación media y preuniversitaria, el caso de los jóvenes turcos es distinto. Su cuota oscila entre el 11% y el 70%, y resulta que en el Norte es muy elevada y en el Sur muy baja. Lo cual demuestra que integración funciona mejor en el Norte que en el Sur de Alemania y abre la perspectiva de una fuente de talentos no suficientemente valorada hasta ahora.
En cuanto a los actos de violencia cometidos por jóvenes islámicos y registrados por la policía se presenta un cuadro igualmente diferenciado: Más violentos que todos son los de orígen balcánico, kosovares y bosnios; y claramente se destacan los jóvenes musulmanes en general y es la cultura machista cultivada en familias musulmanas generalmente la fuente de eso. Hay entre ellos delincuentes en serie. Entre jóvenes de orígen asiático se observa lo contrario, cometen menos delitos que los alemanes. Un medidor del grado de integración también es la cuestión, si hay amistad con alemanes. Los jóvenes mejor integrados son aquellos que poseen amigos alemanes.
Y ahí interviene la importancia de la religión. El estudio llega a la conclusión: Los que menos se integran y los que más cometen actos de violencia son los que más participan en prácticas islámicas. Todo lo contrario de aquellos jóvenes que viven distanciados de la religión y cultura islámicas o los que son cristianos activos – los menos violentos de todos. No es cierto que el fundamentalismo radical anida en todas las religiones por igual; es innegable que el islam como religión ejerce esta influencia sobre el comportamiento juvenil. Muchos predicadores islámicos permanecen pocos años en Alemania y en sus mezquitas predican el rechazo a la cultura alemana: “¡Vuestras corazones, que queden turcos, no os mezcléis con los infieles!” Su actitud es criticada también por muchos musulmanes que reclaman la introducción de estudios de teología islámica en la universidad alemana para evitar así la importación temporal de imames de paises donde gobierna el fanatismo.
Mi opinión es: La constitución alemana también es válida dentro de una mezquita cuando esta se encuentra en territorio alemán. Es obligación de la autoridad estatal hacerla respetar por todo aquel que quiere ser ciudadano de este país.  Cualquier orígen y cualquiera cultura sean bienvenidos bajo el techo común de la demogracia. Intoxicar la convivencia de esta manera por el bien de todos debe ser combatido enérgicamente. Ninguna nación puede permitir que en su seno nazca otra “nación alternativa”. Un alto índice de criminalidad sólo es el primer paso hacia esta peligrosa evolución; y es un problema de toda Europa.
Sólo con claras reglas puede haber convivencia en paz y prosperidad.

Manfred Peter

septiembre de 2010

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