“En cierto sentido el Bien es desolador”.
“Das Gute ist in gewissem Sinne trostlos.”Franz Kafka
¿Es desolador el Bien en tanto que inevitablemente se estrella contra la realidad?
La realidad misma y todo presente deseo de los hombres tienden hacia elMal.
Así afirman renombrados escritores y humanistas: Todos transportamos en nuestra mente un imparable deseo que algún suceso terrible y dramático esté por darse.
Por el contrario, mirando el transcurso de la cotidiana vida diaria y embarcados en la rutina de todos los días, nada espectacular suele suceder. Cansados y aburridos nos deja la jornada laboral. Por eso no extraña que la fantasía busque contrastarlo con asesinatos y baños de sangre y ahí están diariamente los medios para servirlos. Las series en una TV cada vez más sofisticada invaden millones de pacíficos hogares con orgías de violencia y de sangre. Los productores, directores y guionistas bien saben lo que hacen, cuentan con un auditorio ansioso de terror; lo manipulan a gusto logrando beneficios enormes. ¿Por qué es así de radical la propuesta del entretenimiento?
Otro ejemplo, sabemos que los accidentes en carretera atraen como moscas la atención morbosa de curiosos ahora armados de móviles con super cámaras incorporadas. No son casos aislados, es una actitud tan generalizada que ha requerido de la intervención legislativa que en países como Alemania han registrado el comportamiento del “curioseo” en el código penal. (Los curiosos son un obstáculo para rescatar a sobrevivientes).
Ansiosos parecemos por divertirnos con las desgracias ajenas. Así somos. Claro que lo compensamos con una retórica totalmente contraria; sabemos que no somos tan buenos pero nos da vergüenza confesarlo y creamos eufemismos para disfrazar esa atávica y morbosa costumbre de apreciar la falibilidad.
En sus registros científicos tanto arqueólogos como historiadores y antropólogos encuentran un número casi infinito de casos violentos, productos del ejercicio del Mal por el hombre a lo largo de toda su historia en la tierra. Sin exagerar se puede afirmar que nada ha sido más constante durante la historia que el ejercicio del Mal, y tal funciona igual en todos los continentes y en todas las ‘culturas’. Plagada está la historia de Roma de asesinatos colectivos, de crueldad sin límite:
Miles de esclavos rebeldes han sido crucificados a lo largo de la vía pública, la ciudad de Cartago fue exterminada físicamente -- sólo dos ejemplos de una interminable lista de baños de sangre,violencia y crueldad.
Me abstengo de entrar en la discusión amarga sobre el holocausto nazi alemán, me abstengo de caer en la tentación de relativizar la importancia de este terrible hecho que poco a poco entra en la oscura noche histórica.
¿Pasará ese crimen colectivo también en la larga lista histórica de sucesos enraizados en el Mal? ¿Restará eso su exclusividad, su única e irrepetible barbaridad?
La violencia selectiva, su atroz y perverso sistema de perfección -- ¿Irrepetible? Me abstengo de manifestar una opinión definitiva.
Lo que queda, es la afirmación de que no hay ninguna ‘cultura’ sin un claro componente de actos de violencia, del MALy su real presencia.
Las palabras de Franz Kafka son alarmantes: No nos liberaremos del Malporque nunca nos liberaremos de nosotros mismos. Somos los que somos: violentos de día y pacíficos durmiendo de noche. El hombre aun no se conoce a sí mismo.
friedrichmanfred y anavictoria noviembre 2019
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