jueves, 25 de abril de 2019

Esencias del Escritor




<<Yo recuerdo unas palabras de Goethe que me absorbieran hace algunos años; en ellas afirma que solamente se debería escribir sobre aquello de lo no se supiera mucho. Muchas personas no entenderán esa confesión, aviso de felicidad y de infelicidad; pero describe simplemente lo que es real: la fantasía solamente está activa a media oscuridad. Existe el pensamiento que crea verdad, claro como una máquina de coser al clavar la aguja regularmente. Y existe la reflexión que te hace feliz, que impacientemente te invade, que te hace temblar y que te ocupará durante años llenando tu alma; y nunca sabrás si son ciertas las ideas que te invadieron.>>(‘Confesión Política de un Hombre Joven’ de Robert Musil)


Nunca se sabrá si hay un hombre sin atributos o si los atributos no precisan a ningún hombre. 
¿No podría ser que el hombre moderno, por ejemplo ‘Ulrich’, uno de tantos, carezca de tales atributos, porque él solamente sea reflejo de la realidad rodante? Y, aún más… ¿que estos atributos los fabriquen otros o sean autómatas mecanizados que existen por encima y a través de toda realidad? ¿Existe acaso una realidad SIN el hombre, cuyo esencia es fabricada de fuente anónima, pero obedecida por todos?
¿Quién sería capaz de revelar eso, darle expresión e idea? (Vea ‘El Hombre sin Atributos’ de Robert Musil – novela inacabada – esencia literaria del S.XX)


Estoy convencido que en eso consiste la labor y el valor de escritores como Goethe y también Musil. La reflexión acompañada e incluso dirigida por la fantasía es fuente de ideas que faltando ella, no produce más que repetición, diversión en el mejor caso – o peor – buenas ventas, elogios oportunistas. El escritor ha de vivir reñido con cualquier tabú sagrado, contra cualquier poder real; de otro modo sería bufón de corte de autocracias o también de democracias. Para Goethe ‘poesía’ y ‘verdad’ son elementos reñidos entre si, pero compenetrados. 
Por una parte la voz del cortesano Goethe  proviene de él, un incumplidor de sus propios principios humanistas;  la del ingeniero Musil, indiferente ante la catástrofe de su tiempo, (dijo por ejemplo, ‘la política nunca me ha interesado’); sin embargo por otra parte son ellos básicos para transmitir una opción que va más allá de analizar, criticar y reñir.
“Mientras puedo, no intervengo en esas cosas” – dice Musil ; pero pide ayuda a Tomas Mann para su huida hacia EEUU. Y es Goethe quien escribe la tragedia de la pobre infanticida en ‘El Fausto’, pero ante el consejo del mini- estado ‘Sajonia/Weimar’ confirma la sentencia de muerte en un caso real. ‘La vida es así’ dirán alguna lectora o lector, todos somos ‘dobles’ ¿verdad?
Ahora bien,  como poetas-escritores tanto Goethe como Musil obedecen al imperio del racionamiento reñido con la realidad, son guiados por la fantasía. Y de esa penumbra, de esa incertidumbre nace lo nuevo, lo inesperado, nace el estímulo que nos transporta a ‘tierra nueva’.

friedrichmanfredpeter  abril 2019
  edición anavictoria


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