lunes, 26 de marzo de 2018

LA MANCHA

LA  MANCHA

   “Todos somos hombres y mujeres de la Mancha. Y cuando comprobemos que ninguno de nosotros es puro, que todos somos reales e ideales, heroicos y absurdos, hechos por partes iguales de deseo y de imaginación, tanto como de carne y hueso, y que cada uno de nosotros es en parte cristiano, en parte judío, con algo de moro, mucho de caucásico, de negro, de indio, sin tener que sacrificar ninguno de nuestros componentes, sólo entonces entenderemos en verdad tanto la grandeza como la servidumbre de España, su Imperio, su Edad de Oro y su inevitable decadencia.”
     (Carlos Fuentes, El Espejo enterrado, Madrid 1997, p.276)


                                                      
   Con pocas palabras, el escritor mexicano Carlos Fuentes describe la esencia del ser americano al sur del Río Grande. Los llamados “latinos” siempre serán diferentes de sus vecinos americanos del norte. Comparten una historia y un destino común con la lejana España. No solamente se trata del mestizaje de carne y hueso y del idioma común. Es la fusión del elemento real, de gusto, placer, deseo y temor con los ideales humanistas. El producto ha de ser heroico a veces como absurdo y doloroso. En este caos productivo se desarrollan presencia y futuro de tantos países que comparten todos su origen real con otro lejano imborrable, el de la Mancha Española. De este lejano lugar, a la vez cercano y distante, proceden los sueños que mezclan grandeza y fracaso en su real historia; lo piensa Carlos Fuentes, mexicano ha de ser.
(“La Mancha Española” es sinónimo de la vida y obra de “Don Quijote de la Mancha”)


friedrichmanfredpeter  marzo 2018-03-26

     edición anavictoria

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