jueves, 9 de abril de 2015

Alberto Assa: el hombre y sus múltiples misiones.

En Barranquilla quienes le conocieron lo respetaron y escucharon; muchos, incluso, lo veneraron. Su figura esbelta, siempre vestida de blanco fue emblemática para la ciudad de los 70 y 80 en el anterior siglo. Y … los taxistas siempre se alegraban cuando lo veían… ¡ era su mejor cliente !
Su principal misión en esa ciudad que lo acogió fue sin duda la Cultura del Humanismo para una ciudad en estado de parálisis cultural. Sus iniciativas giraban alrededor d: inventar de nuevo la ciudad, hacer de ella lo que debería ser: caribeña, abierta al mundo, acogedora, única.
Para lograrlo olvidó su orígen bizantino, europeo, su historia personal, su dramático pasado y se realizó en su fuero íntimo como un
organizador, hacedor, fundador, como el Profesor Assa.


Numerosas instituciones en esta ciudad llevan su sello, si pudieran hablar dirían: “a mí, me creó el Profesor Assa” . Muchas actividades culturales nunca habrían nacido sin el esfuerzo y la habilidad de su maestro fundador. Y lo más notable de eso es que continuan, subsisten, viven, permanecen activas en el seno de comunidad, formando identidad, ciudad, veinte años y más después de su fallecimiento.

¿Cómo logró tal el inmigrante, el sobreviviente, el fugitivo?

El organizador y líder sabía instrumentalizar voluntades, la acción de los otros, mover fichas, estimular procesos, despertar y animar a morosos.
El educador-centro de su actividad- trató de ganar y de convencer a la juventud.
Para ellos se hizo traductor, divulgador de idiomas e ideas. Dejó atrás los deseos juveniles y la experiencia política que lo ilusionó en vencer enfáticamente; en cambio se apropió de la habilidad de convencer en forma duradera. Con ello logró lo más dificil: se ha multiplicado, está presente en tantos más, su afán y su labor no murieron con él.

¿ Fué un mecenas? – Sí, en el mejor sentido: entregó su persona y su actividad. El sol tropical no suele crear largas sombras, sin embargo Alberto Assa la proyectó muy amplia sobre su entorno. Le siguió la buena gente de la ciudad, para hacerla mejor, Assa contagiaba, creó mecenazgo.

¿Fue un amigo? -- No lo sé. Sólo sé que fue amigo de hombres y mujeres en esta ciudad. Su humanismo práctico cuajó y le ha hecho inmortal. Su gesto de entregar su cuerpo a estudios anatómicos de una universidad, culmina esa misión de un gran hombre que fue lo que todos estamos llamados a ser: auténticos.

friedrichmanfredpeter abril de 2015

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