domingo, 13 de abril de 2014

Tallas de Fausti Finis

(Continuación de "Tallas de Fausto")

Han pasado siglos desde el comienzo del drama: Fausto es viejo y ciego. Mefisto está cansado y harto de un servicio que no llega a ningún fin.
Fausto es el clásico capitalista, explotando recursos naturales y humanos. Con gran fuerza Mefisto le ha hecho creer en el éxito de una empresa que pretende cultivar tierra conquistándola del mar. Y Fausto - al no ver el engaño - exclama por fin lo que Mefisto deseaba oir:
- Ahora quisiera decir: permanece, oh, instante feliz!


El grito de júbilo de Mefisto por ceer haber ganado la apuesta es ahogado por un coro celestial y es Mefisto quien pierde.
No puede resistir la tentación y persigue a estos cuerpos celestiales de los ángeles que eróticamente le atraen.



El fausto es salvado al fin. Las malas intenciones de Mefisto se ven fracasadas. Es esta "gracia" del bien que interviene en el destino de Fausto.
Su buena suerte fue preestablecida. Así lo habían cantado los ángeles al comienzo del drama. Y las gubias siguen esta reflexión.

Pero dos sentencias del texto invitan a una reflexión separada: la primera pronunciada por Mefisto:
"Aquí todo se acaba, es como nunca hubiera existido".
Y es así, nos alimentamos de carroña y en carroña nos transformaremos.


La segunda es una voz desde la transcendecia:
"Wer immer strebend sich bemúht, den können wir erlösen."
"Al que siempre se esfuerza le salvaremos".
Así piensa Goethe, los esfuerzos de todo ser humano serán recompensados. Son los elementos decisivos de la vida. El drama de El Fausto - el de Goethe - termina en un final feliz al contrario de todos los demás intérpretes de ese mito.



Goethe no crea una nueva teología, y las gubias tampoco. Esa solución es pexpresión de su optimismo vital: La vida, en el fondo es bella. Y esa belleza no la elimina la muerte.
"Es sei es wolle, es war doch so schön!"
"Sea como fuera, a pesar de todo, fue hermoso"

friedrichmanfredpeter abril 2014

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