martes, 20 de agosto de 2013

Julien

–Si hubiera nacido veinte años antes, habría sido soldado, sargento, tal vez general a los treinta años de edad; ahora me toca vestir sotana para ser vicario. He reconocido el uniforme de mi siglo –
dice Julien en <<le Rouge et le Noir>>, novela escrita por Henri Beyle de Stendhal, con el subtítulo <<una crónica del siglo XIX>>
Rojo o Negro ha de ser, quien quiere salir de la masa anónima; vestirá el uniforme del siglo, el rojo de la revolución o el negro de la reacción. Julien, hijo de pobre, en el medio gobernado por los ricos aristócratas durante la restauración después de Napoleón, sabe lo que le conviene: vestir de negro  para cubrir sus deseos de color rojo.

Julien tiene el vicio de pensar y goza de ideas propias. Eso no conviene en un medio donde los tontos mandan, ellos han tenido la suerte de nacer aristócratas o de ser ricos.
Y estos, en el fondo no se fían de él:
–Si hay revolución, este nos cortará las cabezas, dicen por detrás de él, cuando Julien pasa vestido con su elegante sotana.
Julien no sólo es un hipócrita, oportunista en un mundo que odia, es un hombre profundamente inseguro de sus actos reales. Aprendió de memoria el Nuevo Testamento.
–Abra  la biblia, lea tres palabras, y yo recitaré en continuación toda la página de memoria – dice Julien en reunión social. Y hecho así, todos atónitos, aplausos, gritos:
– ¡fenomenal, increible!
Desde luego en latín y no en francés, lengua manchada por los odiados jacobinos increyentes.

Y Julien posee otra virtud, se acuesta con damas importantes de la sociedad. Madame de Rênal, por ejemplo, desde que conoce a Julien, ya no se aburre. Pero Julien no conquista, es conquistado.

Leyendo crónicas actuales, me topé con la opinión del periodista Jacques Attali, quien dice, que todos los franceses aman la revolución con locura, pero temen el cambio de sus hábitos diarios. Para gobernarlos hay que saber esto.

Predicar la revolución sin cambiar nada, es éxito seguro. El rojo y el negro todavía tiene vigencia. Se piensa en rojo cuando se vive de negro.
El político que pretende cambiar la realidad, crear una Francia diferente de sus tradiciones, hábitos y costumbres tendrá el fracaso seguro. ¡Tome nota monsieur Sarkosy.
El solitario paseo de Mitterand, recien elegido presidente, con la rosa roja en el puño izquierdo, conmovió y convenció a muchos hasta las lágrimas. Y monsieur Hollande lo imitó con éxito. Es un gesto tan bonito, muy francés.
Pero, ¡cuídese de cambiar lo que el interés y la costumbre mandan, presidente! Los negros intereses predominan y derriten las rojas fantasías, que se queden fantasías.

La actualidad está marcada por profundos cambios en el sistema social. La clase media francesa se desmorona, rápidamente, entre crisis económica provocada por la globalización, aumento de impuestos a un nivel intolerable,   para que el estado pueda hacer frente a la crecida demanda de ayuda social que reciben más de la mitad de la población, que sin esta se hundiría en la pobreza. El estado, centro de actividad política y económica de la nación- el modelo clásico francés- ve corroida su capacidad de garantizar el bienestar de los franceses.

¿Significa eso, el final de la vigencia del modelo francés, que es  connivencia entre rojo y negro?
Eso parece. La erosión de la clase media, el rápido aumento del número de insolventes que necesitan ayuda social, y la huida de famosos y ricos de la persecusión fiscal a otros continentes; todo eso son señales dramáticos de creciente malestar. El Julien de actualidad no busca disfrazarse de negro para tapar su ilusión roja. Su proyecto es la emigración. Cada vez más de los jóvenes activos se van.
Sin embargo, Francia sigue siendo objetivo principal de los desesperados de medio mundo, cuando se muestra incapaz de resolver los problemas sociales de su propia casa.
Crece un ambiente de triste resignación,  el rojo y el negro de la tradición pierden color, ceden al gris; y Francia, la que no quiso cambiar, está cambiando. El eco lejano de la revolución suena debil y descolorido.
<<Allons enfants de la Patrie!>> - Europa está esperando innovación.

friedrichmanfredpeter 20 de ago. de 13

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