Alexander von
Humboldt, después de su viaje explorador a
América tropical, realizado entre los años 1799 y 1804, dejó una extensa
obra científica y literaria atrás. Todo
parecía resuelto, sin problema, cuando en la actualidad se presenta lo
inesperado:¿Y qué será de los diarios? Manuscritos de este viaje, único y
ejemplar, y resumidos en ocho tomos, guardados
en la casa Humboldt en el barrio berlinés de Tegel y formalmente
propiedad de herederos legales: la familia von Heinz. Los Humboldt no tuvieron
descendencia.
Y ahora lo
inesperado: Los Heinz pretenden vender en subasta este tesoro único[1],
destinado a ser herencia de la humanidad y especialmente de alemanes y de
paises bolivarianos.
Bolívar ya
había proclamado que Humboldt había conquistado la región andina sin ser
conquistador y subiendo al Chimborrazo se había hecho amerindio sin serlo.
Humboldt, quien
durante los cinco años de su aventura tropical habiendo pasado la mayoría de las noches durmiendo al aire
libre, pasando extremos de calor, frío, efectos de altura, admitió en este
mismo diario de haberse sentido nunca mejor.
¿A dónde
pertenece entonces? ¿A la Revolución Francesa por vivir la libertad? ¿A las
ciencias del hombre para el hombre, por alabar la razón natural de todo el
universo? ¿A toda esa exubeante vegetación tropical que su fuerza vital no
logró abrazar? ¿A los esclavos americanos, por respetar su dignidad herida? ¿A
los indios por tratarlos como hermanos?
¿A la rebelión
tricolor de los berlineses, por adelantar la marcha contra el palacio real y por la democracia?
Este mismo
palacio real será reconstruido en los próximos años. Un gremio de ciudadanos
por fin lo consiguió. El público alemán, en su gran mayoría, así lo desea.
Pongamos punto final a la historia de los excesos, en la política y en la
arquitectura también, dice el movimiento.
No será sede de
ningún monarca, dentro no habrá ningún rey. ¿Quién habitará allí entonces?
Han de ser los
hermanos Humboldt, Alexander y Wilhelm. La ausencia de la monarquía será
reemplazada por la presencia de las obras de ellos. Humboldt Forum se llamará.
Pero allí, muy
probablemente, faltarán estos manuscritos humboldtianos sobre los trópicos y
los Andes americanos.
¿Por qué?
Porque la familia von Heinz, importante socio del movimiento a favor de la reconstrucción y de
la instalación como museo nacional de los Humboldt, son sus herederos legales.
Sí, la mismísima. Y esa habrá vendido estos diarios al mejor apostor: Venga de
donde sea. Dicen que un emirato ha señalado interés.
Para hablar en
colombiano: < La plata, amigo o amiga, es la misma vaina de siempre>.
¡Que así no sea! desea
friedrichmanfredpeter
doscientos y nueve años después de
Humboldt en junio de 2013
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