sábado, 30 de marzo de 2013

Alles geben die Götter

die unendlichen,
Ihren Lieblingen ganz,
Alle Freuden, die unendlichen,
Alle Schmerzen, die unendlichen, ganz.
(Johann Wolgang Goethe)

<Todo lo dan los dioses infinitos
A sus favoritos, todo,
Toda la alegría, infinita,
Todo dolor, infinito, todo>

¿Debemos entender este poema como característica del autor Goethe? pregunta el crítico literario laureado Marcel Reich - Ranicki.[1] Y responde, estar seguro de eso. Pero cuando Goethe habla de su propia persona, también hace referencia a otros.  Sabía que era un favorito de los dioses y lo afirma frecuentemente. Pero también atribuye esta facultad a los artistas y poetas en general: son ellos los favoritos de los dioses, porque gozan del privilegio de vivir intensamente felicidad y dolor. Cuando el hombre bajo la experiencia del dolor se vuelve mudo, el poeta goza de la facultad de decir, cuánto sufre y por qué. Y así, tocado por bendición y  maldición, Goethe se hizo administrador de felices e infelices, de enamorados y resignados.
O simplemente, se hizo poeta del amor.[2]

trad. friedrichmp 11 oct.13



[1] FAZ, agosto 28 de 1999.
[2] Mayor brevedad casi es imposible, son 18 palabras exactamente en  alemán y en la versión española mía. No contando las palabras repetidas sólo son doce.

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