Para el lector español esa pregunta es rarísima, tal vez absurda. Pues
españoles suelen ser de España, naturalmente. Y se supone que alemanes son de
Alemania.
Contemplemos la actual geografía política en Europa y el panorama cultural
pasado y nos salen respuestas sorprendentes:
El filósofo Manuel Kant es ruso y Schopenhauer polaco, Herder es letón
y el compositor Richard Wagner, prototipo de alemán, serbio o croata; Marx y
Engels podrían ser ingleses.
La literatura alemana es aun más polifacética, existen archivos
literarios en California, Austria y Jerusalén, aparte de la ciudad alemana de
Marbach en Suabia. Importantes obras literarias en alemán medieval nacieron en
Italia y Francia. La poesía lírica del romaticismo en gran parte se creó en
Silesia de Polonia, y los premios Nobel de literatura Grass y Hertha Müller
serían polaco o rumana respectivamente. Kafka, Werfel, Wiechert y Rilke,
grandes nombres de la literatura alemana, eran checos y los hermanos Zweig y el
novelista Roth, austriacos naturalmente; Hermann Hesse y otros más serían
suizos; y en la actualidad no faltan los húngaros, turcos y chinos entre la
lista de la literatura alemana. Y naturalmente, mi autor actual preferido,
satírico e irónico como Heinrich Heine, el alemán de Paris : Wladimir Kaminer,
ruso y berlinés de corazón, como otros cien mil rusos más, y quien dice que
Berlín es la primera ciudad rusa en Alemania y la primera ciudad alemana de
Rusia. Existen monumentos aplastantes de victoria y una sútil presencia
respetuosa iluminante.
¿Será por eso que nos queda fácil a mi generación, la sobreviviente, de
adaptarnos al discurso europeo? Lo hemos asimilado, es nuestra identidad, y nos
honra observar cómo tantas personas de tan variado orígen geográfico e intelectual
vienen a buscarnos para expresar su mensaje en la lengua de Goethe, quien era
licenciado en derecho de la universidad de Strassbourg, Francia. Y me pregunto,
¿por qué será atractivo un idioma generalmente considerado impenetrable?
Quiero destacar eso para romper clichés en la contemplación actual del
panorama europeo, porque siento cómo un proceso lento e imparable - en medio
de la crisis económica - hace revivir los nacionalismos excluyentes y
agresivos. Esa re-nacionalización palpable en los medios públicos de media
Europa debe ser combatida, no con afán misionero, sino con simple información. No somos así como nos
pintan. La realidad es otra que la percepción que nos creamos de ella,
recurriendo a cómodos prejuicios.
Y como vemos, no todos los alemanes han sido o son alemanes de Alemania
y eso, por el bien de todos.
friedrichmanfredpeter, 21 de
marzo de 2012
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