Reflexiones sobre el orígen de la fobia racista
La etiqueta “racista” se pega actualmente con facilidad a una postura
considerada contraria a la reglamentada. En primer plano se ven los musulmanes
como víctimas. Y eso parece plausible: la aversión contra el elemento
extranjero, considerado peligroso desde el punto de vista etnocéntrico, es
parte de la sociedad moderna europea y alimenta los movimientos sectarios que
van en busca de conflictos. ¿Pero, se trata realmente de auténtico racismo o es
xenofobia alimentada por el carácter cada vez más más etnocéntrico del ambiente en que vivimos? Pues el egoismo y el etnocentrismo se han fundido.
Muchos investigadores niegan la existencia de un auténtico racismo como fuente
de inspiración de estos grupos radicales que odian a minorías como judíos, africanos
o inmigrantes en general; o a todos que se atreven a ser distintos a ellos. Su
móvil principal es el resentimiento y la ignorancia cuando pretenden actuar en
defensa de lo propio contra lo desconocido. ¿Pero son por ello racistas?