miércoles, 25 de junio de 2008

El Mito de Prusia (3): La tolerancia

En el año de 1747 comenzó la obra de la catedral católica de Sankt Hedwig en Berlín. Friedrich II había conquistado Silesia y el número de habitantes católicos provenientes de la nueva  provincia aumentó rapidamente. Y pronto se diría que para ser berlinés había que haber sido silesiano antes. Para el rey, eso era un problema administrativo más:
“Todas las religiones tienen que ser toleradas y los fiscales deben cuidar que ninguna perjudique a la otra. Aquí todos deben consolarse a su propia manera ( à sa façon ).“

miércoles, 11 de junio de 2008

El Mito de Prusia (2): Obediencia

“¡Al polvo, enemigos de Brandemburgo!“
( Heinrich von Kleist, El Príncipe de Homburg)

-primera escena
El padre, la potestad paterna absoluta, representa Friedrich Wilhelm I, elector de Brandemburgo y rey de Prusia. En el palacete de Wusterhausen la familia real descansa durante los meses de verano, lugar de martirio para Fritz y su hermana Wilhelmine. Su padre, el rey, no los quiere: “ Fritz no se peina, ni viste bien, sólo tiene trato con los franceses, no es afable con la gente.“ Al “Soldatenkönig“ – rey soldado – no le gusta el príncipe heredero quien lee libros raros y toca la flauta como un simple músico de la corte. Nunca será un buen soldado como el padre siempre quería. La hermana lo acompaña y por eso los deja castigados por el menor incidente y a Fritz lo pega hasta dolerle la mano antes de privarle de comida y de la compañía de su madre, la reina, quien trata de proteger al hijo.

sábado, 7 de junio de 2008

Pío XII el papa de Hitler

¿Qué hay de verdad en la tesis del autor Santiago Camacho?

Innegablemente toda persona con cargo importante durante los turbulentos años que precedieron al gobierno nazi es responsable, y -claro está -comparte esta responsabilidad con numerosas personas más y factores que son ajenos a la voluntad de los individuos.
¿ Cuál es la responsabilidad de Pío XII?

domingo, 1 de junio de 2008

El Mito de Prusia (1): Miles Gloriosus

“Fridericus Rex unser König und Herr,“
cantaban los grenaderos de su gloriosa majestad cuando fueron llamados a presentarse con 60 cartuchos  cada uno contra la alianza aplastante de media Europa y los que lograron sobrevivir – contra toda probabilidad – cantaron victoria.
Y cuando Fridericus Rex – el rey Friedrich II de Prusia – después de haber reinado 46 años en el año 1786 murió, el pobre territorio de lodo y arena que había heredado lo había más que duplicado y el número de súbditos aumentó. Ya era el gran rey, Friedrich der Große.