<<Yo recuerdo unas palabras de Goethe que me absorbieran hace algunos años; en ellas afirma que solamente se debería escribir sobre aquello de lo no se supiera mucho. Muchas personas no entenderán esa confesión, aviso de felicidad y de infelicidad; pero describe simplemente lo que es real: la fantasía solamente está activa a media oscuridad. Existe el pensamiento que crea verdad, claro como una máquina de coser al clavar la aguja regularmente. Y existe la reflexión que te hace feliz, que impacientemente te invade, que te hace temblar y que te ocupará durante años llenando tu alma; y nunca sabrás si son ciertas las ideas que te invadieron.>>(‘Confesión Política de un Hombre Joven’ de Robert Musil)
Nunca se sabrá si hay un hombre sin atributos o si los atributos no precisan a ningún hombre.
¿No podría ser que el hombre moderno, por ejemplo ‘Ulrich’, uno de tantos, carezca de tales atributos, porque él solamente sea reflejo de la realidad rodante? Y, aún más… ¿que estos atributos los fabriquen otros o sean autómatas mecanizados que existen por encima y a través de toda realidad? ¿Existe acaso una realidad SIN el hombre, cuyo esencia es fabricada de fuente anónima, pero obedecida por todos?
¿Quién sería capaz de revelar eso, darle expresión e idea? (Vea ‘El Hombre sin Atributos’ de Robert Musil – novela inacabada – esencia literaria del S.XX)