jueves, 10 de septiembre de 2015

“Deutsch”: Idioma con claves para actuales circunstancias?

Deutsch…(el idioma alemán), 100 millones lo hablan en Europa, pocos más en otras regiones del mundo. Entre ellos, yo que aquí desde España veo en el noticiero del día a miles y miles de fugitivos del Oriente Medio, gritando:
- ¡Germany!
Quieren ir a Alemania, desesperados y ansiosos de escapar de catástrofes sin fin, y gritan en inglés o en árabe:
- ¡Almanja!
No he oido la palabra "Deutschland" de ninguno de los entrevistados, esa que es la que entienden los alemanes que no hablan inglés ni árabe.
Pobres  fugitivos, no saben qué les espera algo de lo que menos buscan:
- Deutsch - la lengua alemana.
Tiene fama de impenetrable, inaccesible, no fácil de aprender y dominar para adultos que intentan. Es cierto que ellos no la buscan, pero les tocará para vivir entre esta gente sin definición étnica concreta, los alemanes que hablan alemán y no inglés.


No  fue así  para ilustrados visitantes de otros tiempos:
Madame de Staël y Jorge Luís Borges, poetas ambos que  buscaron el Alemán.  Madame buscó a poetas, después poesía y finalmente el alemán siendo "lengua de poesía y de filosofía" de acuerdo con lo que escribió ella; un decir que confirmaría más tarde el escritor argentino. Tanta la emoción por esta lengua y su obra literiaa, que tildaron Alemania como una patria para filosofía y poesía.
Eso, a los sirios que están llegando, bien recibidos por la gran mayoría de los alemanes, les es indiferente; ¿qué les importa tal antecedente?
Simplemente les tocará enfrentarse al reto de aprender alemán.

No quiero repetir aquí, lo que personas más sabias que yo han destacado: el carácter singular de este idioma, elaborado durante siglos de lenta evolución.
Dice Johannes Gross en su librito "Über die Deutschen"[1],  que un retrato vivo de los alemanes en sí  mismos y en su naturaleza, es su idioma. Son conscientes del carácter singular del idioma que hablan, y es escaso el número de personas que logra penetrar en el laberinto de estilos y variaciones de una lengua que parece un servivo tratando de llegar a la escencia misma de las cosas.
Todo traductor se enfrenta a esa dificultad, cuando busca términos correspondientes a conceptos sui géneris hallados en el texto alemán.

A modo de ejemplo, sucede algo parecido en estos días cuando nos invaden imágenes de multitud de gente desesperada que perdieron su "Heimat" - dice el noticiero alemán y van en busca de un lugar que se les transforme en un nuevo hogar.  "Heimat" no es patria, tampoco  "mi tierra" como dicen los hispanoparlantes.  "Heimat" asocia una ciudad, un paisaje, un lugar que se identifica como hogar, un lugar que despierta "Heimweh", la nostalgia de recuerdos perdidos en el tiempo, doloroso deseo de regresar a un lugar que no se asocia con el término político/geográfico que es Alemania.
A catorce millones de alemanes les pasó esto, la limpieza étnica mayor que se conoce en el siglo XX privó a este número de alemanes de su lugar de origen, que hoy se encuentra en Polonia, Chequia, Rusia y un largo etcétera de regiones en Europa oriental. Los  sobrevivientes de este éxodo y sus descendientes se fundieron con la población alemana.
Y eso significa que cerca de la mitad de la población alemana tiene raices de origen lejanas de su actual residencia. Hay un vivo recuerdo de lo que es sufrir expulsión, migración, dolor colectivo: "Heimweh".

¡A quién debe extrañar entonces las numerosas manos que se estrechan a los recién expulsados!
Mucha gente ve retratada su propia suerte, la de padres o abuelos; muchos lloraban al ver este espectáculo bochornoso de malos tratos a indefensos, y cientos de voluntarios se dirigieron a los recien llegados. La canciller siente esa voluntad general y actúa de acuerdo a ella.

Debido a estos procesos de migración en Europa central, Alemania es el país que menos exhibe identidad étnica. El "pueblo alemán" es un mito histórico que ha sido relevado por una realidad muy distinta. Otra curiosidad de la lengua: la palabra "Volk" cargada con sustancias de ideología nazi no corresponde a la vida realmente vivida. Los alemanes no somos "das Volk", somos "los ciudadanos" que forman la nación alemana.
Sin embargo, todavía existe este término, el letrero en el edificio del Reichstag en Berlín dice: "Dem Deutschen Volke" - al sevicio del pueblo alemán-  un pueblo que como tal, ya no existe.
"Das Volk", término político hoy sólo se encuentra en discursos de la ultraderecha, de grupos minoritarios que ocupan posturas anticonstitucionales, porque es la constitución alemana la que ordena dar asilo a los perseguidos. "¡Wir sind das Volk!" grito de manifestaciones populistas, es una falacia, una provocación para el bien pensante.
No olvidamos que alemanes fueron perseguidores en el siglo pasado, pero también fueron perseguidos antes y posteriormente y por eso están moral - y legalmente obligados a proteger a los que sufren persecución.

La persecución y los ataques sobre poblados inermes en este cambiante(desde el punto de vista geográfico) territorio del centro de Europa que es Deutschland es el origen de términos como "Krieg”- guerra -.
"Krieg"no existe en ningún otro idioma europeo, es una palabra "terrible" simula un grito de agresión y de desesperación:
-suena  krríiiiiiiiíg-  y abre otra ventana a este carácter distintivo del alemán
"Guerra, war, wehr" proviene del germánico "waro" y simboliza actos de defensa, de ahí la palabra alemana "Wehrmacht"; "Krieg"  por su lado, contiene agresión y dolor, transmite una realidad vivida, sentida, compartida y sufrida.

Lo mismo sucede a la palabra "Friede" - es "der Friede", masculino en alemán. No se traduce  adecuadamente con términos como  "pax - paz - paix - peace".
En el himno a la noche de Beethoven se encuentra "Himmelsfrieden"- paz del cielo- . Cito esto porque "Friede" resume lo no-político, no-jurídico en un término cargado de emoción y de sentido profundo filosófico, creación del romanticismo.

Ningún "tratado de paz"es duradero si no le apoya "Frieden",
 y todas las "guerras" finalmente acaban siendo "Krieg --- kriiiig".
Cuando la paz no es Frieden, y las guerras son Krieg, no hay más remedio que huir y buscar otro destino.

Los alemanes -los sinceros entre ellos - más que otras naciones, sabemos de eso, a través de nuestro idioma.

friedrichmanfredpeter    septiembre  2015




[1] Johannes Gross, Über die Deutschen, Manesse Verlag Zürich, 1971.

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