miércoles, 28 de enero de 2015

Die Winterreise .... W.Müller / Schubert

El Viaje de Invierno



Muth
Fliegt der Schnee mir ins Gesicht,
Schüttl' ich ihn herunter.
Wenn mein Herz im Busen spricht,
Sing' ich hell und munter.

Höre nicht, was es mir sagt,
Habe keine Ohren,
Fühle nicht, was es mir klagt,
Klagen ist für Thoren.

Lustig in die Welt hinein
Gegen Wind und Wetter!
Will kein Gott auf Erden sein,
Sind wir selber Götter!

¡Valor!
Nieve cae  en mi cara - me la sacudo /
Mi corazón habla en el pecho -  canto alegremente/

No escucho lo  que me dice -  no le oigo /
No lamento lo  que me cuenta - se lamentan los tontos /

¡Alegre frente al mundo! - ¡contra viento y marea! /
Si Dios en esta tierra no hay - ¡ Dioses seremos nosotros! /

Hay que leer este poema de Müller acompañado de la melodía de Schubert, y hay que leerlo dos veces.
¿Es ese un texto romántico? Sí, lo es, y revela su mensaje íntimo y poco conocido: la autonomía radical del individuo, su manifiesta rebelión - lírica, cantada.
El caminante a través de la triste soledad del invierno cambia ritmo y tono al hablar. Ahora predominan los verbos activos, el rechazo a la melancolía:
Sacude la nieve de su cara, no escucha la voz del corazón, decide no lamentarse, canta y no llora, porque lamentarse está reservado a los tontos.
Algo forzada suena esta llamada a la alegría contra viento y marea. No es la alegría que brota del corazón sino de la fuerza de la voluntad.
Y ahí está esa última sentencia, sorprendente, atrevida: se levanta ese yo moderno, soberbio y engreído por encima de todo: “Si Dios no hay, seremos dioses”.
¿Auténticos - falsos? -- Respuesta no hay. El poeta no está seguro al respecto porque le faltan argumentos y se siente solo.
Pero pongamos atención a eso a la verdadera novedad:
Una voz  de romántico mucho tiempo antes de que Nietzsche proclamara la "muerte" de Dios, ha captado la esencia de la modernidad: Solos nos encontramos en este mundo invernal, la salida que nos queda es la rebelión, la negación del destino y la fe la fijamos en la voluntad. Esa voluntad soberbia será el nuevo orden del día, será la nueva religión.
El ser romántico alemán es cosa seria, no se trata de amar la naturaleza viva en reacción a la revolución ejecutada por las leyes de la modernidad, aun cuando la crisis que este hecho diera en gran parte origen a la era romántica. Tampoco se trata  del costumbrismo romántico difundido en las culturas vecinas, las simpáticas campanadas del idilio de ayer.
Al faltarle esencia real, material, política y social, en Alemania se ejecutó esa revolución en la literatura, la música, en la  filosofía. "Die Romantik" invadió todos los espacios de la vida, para bien y - ¡no olvidemos! - para mal también.
Para comprender a Alemania, hay que entender eso.


friedrichmanfredpeter  enero 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario