martes, 3 de abril de 2012

Anticapitalismo

Bajo los efectos de la presente crisis económica se oyen gritos pidiendo el cambio del sistema productivo vigente y se enfoca el término del capitalismo, catalogado como sistema perverso de explotación mezclando así el discurso moral con el económico, con flecos de voces utópicas: ¡Qué bonito sería un mundo sin dinero!


Kapital ha sido usado por Karl Marx como término técnico, fundamento de su análisis crítico de  procesos económicos. Marx en la continuación del ilustre Manuel Kant  escribe <Das Kapital> como crítica de la razón económica, con el subtítulo Crítica de la Economía Política, y aprendemos a través de esta crítica, cómo funcionan los procesos complicados de la economía. En  realidad son tres libros en más de cien capítulos, tantas veces mencionados como pocas veces leidos. Con el término Kapital, Marx encontró la llave para abrir los secretos de la actividad económica de los hombres durante la era moderna. Es esa modernidad capitalista que le fascina y que le causa admiración, abiertamente declarada en el <Manifiesto Comunista>, y sobre todo en su obra Magna <Das Kapital> escrito entre 1865  y 1881 y publicado en partes sucesivas por Friedrich Engels y Karl Kautsky. Aparte de ser activo temporalmente en los conflictos políticos de su tiempo, nos preguntamos:
¿Ha sido Marx anticapitalista? -- ¡Claro que no!
El capital es el motor de transformación, fundamento de todos los cambios económicos, sociales y políticos de la era moderna, que liberó la humanidad progresivamente de las cadenas de su pasado feudal; es la fuente de revoluciones. Y las leyes que constituyen y transforman el capital en permanencia aun son vigentes. En todas sus fases de evolución estas leyes han marcado el proceso de la producción del valor real creado, única fuente de riqueza y de poder social y hasta ahora, no ha habido un régimen de libertades políticas y sociales sin presencia de la vía económica llamada capitalismo.

Ni las revoluciones soviética, china o cubana, han revocado esa vigencia: al concentrar toda producción en manos del estado,  monopolizaron y simplificaron el proceso de reproducción del capital para obtener los resultados ideológicos deseados. Todo capital tiene que renovarse, debe reproducirse creando valor en el proceso de la producción, orígen de la plusvalía, término clave de la teoría marxista. Otra fuente no hay. Ellos llamaron régimen socialista, lo que no era más que capitalismo en manos del estado imponiendo así su doctrina política a la realidad. Eso es un procedimiento no marxista como el conocedor de la obra de Marx facilmente observará. El estado monopolista se proclamaba socialista y marxista y obligaba a sus ciudadanos a creerlo.
 <Yo no soy marxista> dijo el viejo Marx al ver el uso de su obra en mano de sus seguidores. El descalabro de estas revoluciones puede contemplarse en la actualidad y es  de dificil y larga superación porque aun gozan de simpatía y tolerancia entre los que nunca lo vivían.

Es un hecho histórico de principal importancia que las tesis de Marx cayeron en manos de seguidores que politizaron y redujeron a simplezas ideológicas lo que la investigación había creado. Está claro que el mensaje anticapitalista actual, producto de la crisis económica, no puede reclamar a Marx como autoridad. Su memoria y probable mentoría son más complejas; así lo demuestran voces y textos actuales que reclaman: ¡Hay que dar a Marx una segunda oportunidad!
Yo creo que no se trata de segunda, aun es la primera, la única y ¿en qué consiste?
 Observemos, cómo <Finanzkapital>, el capital en su fase financiera, está operando sobre un escenario que es el mundo entero y se ha hecho dueño de las principales decisiones. Así lo había previsto Marx. Parece que se ha desplazado la producción de valores reales desde su orígen real que era a través de la actividad industrial -- el capital constante y el variable –  hacia el campo de la especulación. Se habla de inversiones donde en la realidad nada se produce, sólo se espera el <Profit>, el beneficio rápido. Marx diferencia el valor de uso del valor de cambio e introduce el trabajo como fuente objetiva de valores creados porque el trabajo socialmente necesario para crear un objeto define su valor. Esa definición ha sido denunciada por ser materialista por sospechoso de excluir factores ideales, morales y estéticos. No es cierto, porque los ambientes sociales son cambiantes y definen lo que es necesario para que la producción se transforme y adquiera valor y la respectiva plusvalía. Es un proceso abierto a la creatividad, imaginación y sometido a gustos variados porque precisa valor de uso y en consecuencia de cambio.

Es obvio que la pura especulación al mover el capital financiero através la geografía, de un lugar a otro, de una hora a la próxima o de un minuto al siguiente, solamente administra valor y realmente no lo crea, siempre se apropia de un valor ya existente, introduce efectos secundarios como las modas cambiantes, etc. En el fondo, rico solo es aquel quien posee capital que socialmente puede reproducirse. Una obra de arte, metales preciosos, un monumento histórico representa riqueza, pero no se reproducen. Su valor es extremamente inestable. Eso explica, cómo pueden desaparecer fortunas inmensas sin dejar más huellas que las lágrimas del quien las perdió. La fantasía es capaz de multiplicar precios o reducirlos a cero porque no crea valor real y estable.
Teniendo Marx en el equipaje, los movimientos  de bolsa, las transacciones financieras se transparentan obligando a mayor prudencia.
Y para la UE, ejercer control sobre los mercados es urgente necesidad, porque el despilfarro como iniciativa y sistema para crear riqueza no tiene base real, crea burbujas que revientan, son avisos que algo va mal; quien toma decisiones financieras debe ser prudente y poner pie  firme en tierra. Existe una tremenda confusión sobre la línea a seguir para salir de la crisis. Los hay, quien como el bombero malo echa más candela al fuego y huye del agua.
En este sentido, anticapitalismo es fruto de un malentendido porque Capital es un término técnico neutral. No hay un mal capitalismo y otra buena economía como alternativa. Hay buenas o malas personas, actitudes responsables o egoistas, virtudes y vicios, existe el saber hacer y el notorio tonto en el sitio inadecuado. Y veo cómo actualmente la realidad  misma exije corregir fantasías colectivas desbordantes. La política debe ejercer control sobre el mercado de especulación de valores para limitar los riesgos de reventón de la economía. Dicen los analistas que nos encontramos a un solo paso ante este peligro y la caida puede ser inminente.
Pero sin capital no hay economía moderna imaginable. No podemos volver a la época del trueque y debemos huir a sistemas que proponen conservar derechos heredados y pivilegios o que proclaman ideologías cerradas sobre una sola verdad o voluntad a seguir. 
Y no será el capital que se hunde cuando se hunde la economía, serán los llamados capitalistas y entre ellos nos encontramos todos involucrados en menor o mayor grado. Nadie es inocente, aunque se proclame anticapitalista, insumiso o indignado y algun dinero tiene a mano aunque predique lo bonito que sería el mundo sin eso.  

friedrichmanfredpeter 

3 de abril de 2012

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