Para entender lo que es Baviera hay que
visitar una cervecería, no a la más
famosa de las fiestas que es el Oktoberfest[1]
que anualmente reune a millones de visitantes procedentes del universo
cervecero. En Baviera existe una
auténtica cultura del líquido amarillo que los extranjeros identifican con algo
esencial alemán:
En verano es el “Biergarten” ( jardín de la cerveza) y durante todo el año es el “Bierkeller”( cueva de la cerveza) donde se desarrolla gran parte de la vida social del bavaro medio. En ambos lugares ( hay muchos) suelen encontrarse mesas rústicas y bancos para reunirse entre amigos o en familia o con gente ajena. Es un area sin distinciones abierto a todo el mundo. Es costumbre traer la comida de casa o comprarla en un puesto cercano y en el Bierkeller se sirve cerveza, normalmente en una sola medida que es la jarra de a litro. Es cerveza bavara, de baja graduación, algo dulce, considerada alimento, inclusive apta para los niños. Los espacios son grandes y es frecuente que en este medio se presenta algún cómico o iluminado, quien montado en la banca o sobre la mesa, dirige su mensaje al público que siempre espera alguna novedad, o sea chistosa o emocionante e impresionante. Es en este medio donde la pareja de cómicos formada por Lisl Karlstadt y Karl Valentin ha dejado la imagen clásica de lo cómico a lo bavaro improvisando para un público dispuesto a divertirse y emocionarse.
En verano es el “Biergarten” ( jardín de la cerveza) y durante todo el año es el “Bierkeller”( cueva de la cerveza) donde se desarrolla gran parte de la vida social del bavaro medio. En ambos lugares ( hay muchos) suelen encontrarse mesas rústicas y bancos para reunirse entre amigos o en familia o con gente ajena. Es un area sin distinciones abierto a todo el mundo. Es costumbre traer la comida de casa o comprarla en un puesto cercano y en el Bierkeller se sirve cerveza, normalmente en una sola medida que es la jarra de a litro. Es cerveza bavara, de baja graduación, algo dulce, considerada alimento, inclusive apta para los niños. Los espacios son grandes y es frecuente que en este medio se presenta algún cómico o iluminado, quien montado en la banca o sobre la mesa, dirige su mensaje al público que siempre espera alguna novedad, o sea chistosa o emocionante e impresionante. Es en este medio donde la pareja de cómicos formada por Lisl Karlstadt y Karl Valentin ha dejado la imagen clásica de lo cómico a lo bavaro improvisando para un público dispuesto a divertirse y emocionarse.
El joven e inexperto Adolf Hitler
experimentaba en este ambiente sus primeros discursos furibundos usando una
retórica teatral con exageraciones propias de este medio que el público recibía
con júbilo y satisfacción. A todos les divertía un poco y lo que decía era de común aprecio. Pues el descontento era
general y la cerveza consolaba estas
vidas frustradas. Pronto, el entusiasta iluminado que predicaba la solución de
todos los problemas con sencillas recetas drásticas, llenaba las salas y la
gente no sólo le escuchaba sino también bebía algo más de la costumbre, lo cual
satisfacía al respectivo empresario.
Donde Hitler hablaba, la cerveza corría.
Así es, como fue reclutado este orador
que había sido soldado raso, no más que ascendido a cabo y además sin oficio y
sin empleo, para propagar el mensaje político de un partido político diminuto y
sectario recien creado, el DAP ( Deutsche Arbeiterpartei). Decenas de partidos
nuevos habían invadido el panorama político del país derrotado en la Primera
Guerra Mundial. Adolf Hitler además era extranjero, austriaco que había vivido
como indigente en la Viena imperial antes de la guerra. Pero eso en la cercana
Baviera no importaba mucho. Como tampoco importaba el hecho que este extraño personaje no bebía
cerveza y no solía comer su ración de
Weisswurst (salchiccha blanca), la doble esencia vital en aquel lugar. A él
le solían emborrachar sus propias ideas que con increible hábilidad
propagaba entre auditorios receptivos de escasa formación. Las élites, social e
intelectual, lo despreciaban hasta cuando observaban qué fabuloso éxito obtenía
este político improvisado que salió de la nada para convertirse en un personaje
público y lider del NS-DAP, como ahora se llamaba. Nacionalista en extremo,
socialista y antisemita con la bandera
roja de la revolución. Y era la Revolución que predicaba, la Revolución
alemana, nada de restauración como pensaban los de la Derecha reaccionaria que
le apoyaban por falta de alternativa. Su revolución era roja como la de su
rival en la lucha por el poder, la internacional comunista.
El imparable ascenso del misterioso y
críptico personaje Adolf Hitler había comenzado
entre charcos de cerveza, y lo que en actualidad parece una evolución
coherente, en el fondo ha sido una secuencia de casualidades e infortunios.
Y tal como había comenzado, pudo haber
terminado la carrera del personaje siniestro: en una cueva de cerveza. En el
Bürgerbräukeller en Múnich: el 8 de Nov. de 1939 explotó una poderosa bomba,
sólo quince minutos después de que el victorioso Führer Adolf Hitler abandonara
este escenario, donde casi veinte años antes había comenzado su ascenso al
poder y adonde le gustaba volver para celebrar su triunfo.
¿Qué había pasado?
El carpintero Georg Elser[2]
en un trabajo solitario había minado la
columna central de la sala durante semanas de labor, dejándose encerrar durante
las noches había colocado la bomba fabricada por él mismo. Pero Hitler abandonó
el escenario antes de lo previsto. Hubo numerosas víctimas, pero el siempre
afortunado se salvó de uno más de tantos
intentos ( se cuentan hasta 40) que trataron de eliminar esta figura que se
transformará en la desgracia de Alemania y del mundo, debido a numerosas
circunstancias que hoy nos parecerán en parte incomprensibles. Una de ellas, la
más insignificante, banal y no mencionada por casi nadie, podría ser la
cervecería bavara.
¿Será por eso que a mí no me gusta
la cerveza?
Manfred Peter
2 de junio de 2010
[1] Comúnmente conocida por “die Wies´n” y considerada como típico
modo de ser de “los alemanes”.
[2] Georg Elser fue detenido por la Gestapo y torturado para revelar
los autores secretos. Nada salió porque no los tenía. Poco antes de la liberación fue fusilado en
el campo de concentración de Dachau.
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