miércoles, 20 de enero de 2021

Emigrar

 Emigrar

                “Blow Boys Blow

                To California,

                There is plenty of gold,

                As I am told

                At the Banks of Sacramento.”  

                   (Sea Shantea)

 

¿Qué fue aquello que llamó a más de cinco millones de habitantes del centro de Europa –alemanes principalmente– para que abandonarán sus hogares, cruzarán el océano en una larga y peligrosa travesía en la búsqueda de una nueva vida?

En el sudoeste alemán pueblos enteros quedaron vacíos, sin población alguna entre la mitad y final del siglo 19. Las autoridades no lograban poner remedio a esa avalancha que se parecía a una nueva migración de pueblos enteros (Völkerwanderung)que había sucedido más de un mil años antes. 

La historia conoce fases de estabilidad y otras de cambio dinámico. Una euforia parecía haber invadido la sociedad: símbolo de eso ‘el oro de California’.

Naturalmente hay múltiples razones más para decidir marcharse y dejar todo atrás. En mi experiencia vital, una larga lista de familiares de Kober y Kiesner se perdieron en los largos caminos del Oeste Americano. Y en las riberas de los ríos Misisipi, Volga, Amazonas, Magdalena y el  Río de la Plata  por primera vez se oyó hablar alemán. No crearon colonias, sólo en casos muy especiales como son los Menonitas, todos se fundieron. En cierto sentido fueron ‘fertilizantes’, aportaron hábitos que entre sus anfitriones escaseaban: energía vital, creatividad, innovación técnica. No pronunciaban credos políticos ni religiosos, han sido los ‘Dutch-men’ en América o los ‘Nemezki’ en Rusia donde ni tienen nombre propio, para los rusos son ‘Forasteros’. Los elogios de esa presencia son numerosos; las fiestas locales son conocidas. ‘Oktoberfest’ es un término que viste de pantalón de cuero corto, ofrece cerveza y a consumir salchichas. Negocios.

Hay también aspectos que suelen ser callados y que a mí me resultan negativos: existen la petulancia y la mediocridad en ciertos medios, se han convertido virtudes en vicios. Una simpatía frecuente por un comportamiento autoritario está presente en varios círculos sociales alimentados desde el pasado por esa búsqueda del oro.  Comportamiento que lleva nombres propios como el apellido Kirchner en Argentina, Odebrecht en Brasil, ‘Colonia Dignidad’ en Chile o el presidente Trump americano.

Nos sostenemos: Deseamos vivir, en un mundo multiétnico y polifacético, no nacionalista, ni reglamentado por autocracias.

 

   friedrich y ana   enero 2021

 

 

jueves, 7 de enero de 2021

Über Die Deutschen

              

„Hyperion“ von Friedrich Hölderlin, (primera publicación 1797)

"So kam ich unter die Deutschen. Ich forderte nicht viel und war gefaßt, noch weniger zu finden.[...]
Barbaren von Alters her, durchÜFleiß und Wissenschaft und selbst durch Religion barbarischer geworden, tiefunfähig jedes göttlichen Gefühls, verdorben bis ins Mark [...], dumpf und harmonielos, wie die Scherben eines weggeworfenenGefäßes..
Es ist ein hartes Wort, und dennoch sag' ichs, weil es Wahrheit ist: ich kann kein Volk mir denken, das zerrißner wäre, wie die Deutschen. Handwerker siehst du, aber keine Menschen, Denker, aber keine Menschen, Priester, aber keine Menschen, Herrn und Knechte, Jungen und gesetzte Leute, aber keine Menschen.”

“Así caí entre los alemanes. No esperaba encontrar mucho y estuve dispuesto a contentarme con menos todavía. (---) Fueron bárbaros desde la Antigüedad,  y ahora son aún más bárbaros debido a  la industria y a las ciencias e incluso por la misma religión; incapaces son de compartir una percepción sublime porque están corrompidos hasta el tuétano, (---) aburridos y sin fantasía como fragmentos de un tiesto roto. (---) Yo sé que estas son palabras muy duras, pero tengo que decirlas porque describen la verdad. No me imagino otro pueblo que esté tan dividido  como están los alemanes. Tú estás viendo artesanos, pero no son humanos; o filósofos que no son humanos, y los clérigos que tampoco son humanos. Hay jóvenes y viejos, señores y sus criados. En ningún lugar encuentro yo a los seres humanos.”

Muy apreciado Friedrich Hölderlin: caíste entre los alemanes y describes esa sensación de aislamiento social con palabras drásticas y duras. Te destinaron a ser clérigo como lo fue tu difunto padre. El deseo de la madre viuda fue de repitieses este oficio de pastor evangélico. No lo cumpliste. Te echaste a la insegura actividad de poeta-filósofo. Entre los jóvenes Schelling y Hegel te veo bailando la ‘Carmagnole’ de los jacobinos revolucionarios franceses. Fuiste un jacobino alemán, no cabías en el ambiente de mediocridad reinante. Un poema tuyo compara a los jacobinos con árboles robles. Tu fuiste un jacobino, pero ningún roble, sino un poeta sensible y un hombre débil. Fracasó tu amor con Susette Gontard, esposa del banquero de Frankfurt. La llamaste ‘Diotima’ en tu poesía Tuviste socorro de amigos hugonotes, te exilaste caminando a Francia, al Sur de río Loira. ¿Qué encontraste? – Una guerra civil entre realistas y fuerzas republicanas. Se mataban, se ahogaban unos a otros en el río Loira. De nada de eso se ocupó tu obra, nunca escribiste sobre esa experiencia.

Pero volviste a la patria que no habías querido. Tu patria era un sueño, resucitar la Grecia de Homero Y tal vez, esa mente tuya estuviera realmente se perturbada. La madre siguió con su pequeña dádiva al ‘hijo’ mal querido y encerrado como príncipe desterrado en la Torre Hölderlin (hoy así se llama) en la ciudad de Tubinga. A lo visitantes les hablaste en un lenguaje creado por ti. híbrido entre alemán y griego antiguo. Patria era esa lejana tierra que luchaba en este momento por su separación de Imperio Otomano. Muchos años fuiste olvidado, tu obra casi se perdió. Te descubrieron  los románticos nacionalistas, gente de todo color se aprovecharon de tu mensaje. Pero tu motor jacobino no renació. Tu mirada aun es actual aunque no comparto la extrema condena de la mediocridad que denunciaste propia de ‘los alemanes’. No hay colectivos mediocres, ese cliché es aplicable a toda nación moderna. ‘Humanos’ deberían ser y no lo son, ni ayer, ni hoy, ni en el futuro. El ideal de ser humano encuentra oposición y dura resistencia en muchosambientes. (El nazismo alemán es un clásico ejemplo de esa perversión.)

friedrich y ana  enero 2021

 

 

 

  

Somos Hijos de la Ilustración

                                            

                                                        (Kinder der Aufklärung)

 

…y vino a mí la Ilustración alemana y me iluminó.

¿Qué significa eso?

 

Una avalancha de irracionalismo nos acosa: sentimos, oímos, vemos lo que nunca habíamos esperado. Creímos haber ganado la contienda contra las ideologías reinantes. La democracia parlamentaria triunfante se instaló en Alemania y la ‘Puerta de Brandemburgo’ se vistió con los colores de la libertad. Pero no era tan sencillo.

Los aires de la victoria han cambiado, nos encontramos ahora en misión de defensa. El clamor de la Gran Revolución de 1789, libertad, igualdad y fraternidad se enfrenta de nuevo a quienes quieren eliminar lo que gracias a fundadores como Manuel Kant o poetas como Hölderlin habíamos concebido para la vida. 

 

En efecto, la sombra tutelar de sus voces. ocupó los escenarios poderosamente. No nos permitieron ser nacionalistas ni defensores de posturas irracionales. Por el filtro de la razón ha de pasar todo cuanto reclamáramos como verdad. El humanismo como ideal exigía ser paneuropeos, cosmopolitas, defensores de una cultura dialogante, democrática. Sobre esta base parecía posible un mundo civilizado, una era de la paz.

 

“Sobre la Paz Eterna” es un escrito de Manuel Kant; y olvidamos la nota satírica de este título. Kant había usado la inscripción en un bar situado cerca de un cementerio (por eso lo de la “Paz Eterna”). Pues ‘republicanos’ deberían ser los estados para poder establecer “la Paz” universal. Aplicarían por el propio interés lo que la razón práctica ordena: La Paz debe estar por el beneficio de todos. Al contrario, “¡América First!” reclama un famoso presidente que tiene numerosos seguidores. Y eso se replica en el mundo entero.

Autores como Goethe, Schiller y Humboldt no conocieron de fronteras y no aceptaron estrechos límites en el pensar y actuar.

La frase céntrica en el drama de Friedrich Schiller “Don Carlos” es dirigida al rey Felipe II de España: “Sire, geben Sie Gedankenfreiheit!”

“¡Señor, permita el pensamientolibre!” Pues, libre ha de ser el pensamiento para ser auténtico.

Y Kant, profético se opuso a toda resignación: “Público debe ser el discurso y libre de toda imposición (interesada o ideológica).”

Este es el mensaje principal ilustrado y con él poseemos el más eficaz de nuestras armas de defensa contra la nueva ola irracional moderna.

¡Venceremos!

 

friedrich y ana enero 2021