Después de Schopenhauer o Nietzsche se acabaron los
filósofos, se dice, cambiaron a sabios literatos, similar a novelistas; crean
su perfil de sabelomucho, interesante, pero filosofía en retirada, opción de
pensionistas.
La tentación es grande, olvidarse del tema, de un
tema, para dedicarse a difundir opiniones, como gallinas que ponen sus huevos
en diferentes nidos.
Además, no olvidan el cacareo de rigor. Por eso son
invitados de preferencia en talk shows TV. Les gusta el aplauso.