WIR WOLLEN HIER AUF
ERDEN SCHON
DAS HIMMELREICH
ERRICHTEN[1]
(En esta tierra ya queremos levantar el reino de los
cielos)
Viajé a Praga para consultar la opinión de Franz
Kafka, y me contestó con la siguiente parábola:
Cuando se
empezó a construir la Torre de Babel
todo estaba en orden. Todo funcionaba bien, los letreros indicando caminos,
había intérpretes para los innumerables idiomas, mansiones y calles para bien
de los obreros. Todo era como si esperaran siglos de libertad y trabajo en
felicidad. La idea fundamental era, construir solidamente esa Torre que sin
duda alguna llegaría hasta el cielo. Este proyecto, en su magnitud concebido,
jamás podría desaparcer mientras vivían hombres para realizarlo. No habría que
preocuparse, el saber de la humanidad aumenta, la arquitectura avanza, el
trabajo progresa. Lo que en una generación no se hace, lo haría la próxima. El
progreso sería imparable y el cielo será nuestro, decían.